Las investigaciones se centran en especies de Gran Sol que tienen amplia presencia en los mercados gallegos
30 mar 2009 . Actualizado a las 02:11 h.Un nuevo conservante natural permitirá alargar la frescura del pescado. Aunque todavía se encuentra en una fase experimental, el BPS2 se convertirá en un nuevo método para conservar las especies durante más tiempo. Hasta quince días podrá permanecer la pesca en óptimas condiciones desde el momento de la captura en los barcos hasta su llegada al punto de venta.
Se trata de una sustancia que incluye compuestos naturales, con propiedades antioxidantes, y que podría alargar la vida útil de las capturas. El proyecto se centra en el estudio del rapante, el rape y la pescadilla, tres especies abundantes en el caladero de Gran Sol y donde la flota gallega tiene una importante presencia. Los motivos de esta elección son económicos, ya que la presencia de estos productos en los puertos de la comunidad es evidente. También el lirio es objeto de estudio, a pesar de que está considerado una especie de descarte, por sus problemas para mantenerse en fresco.
Los primeros resultados llevados a cabo por la Facultad de Veterinaria de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) ponen de manifiesto que «es posible que el BPS2 mantenga el producto fresco en mareas de hasta 18 días», aseguró Jorge Barros, director del proyecto en la USC y en el que participan el Instituto de Investigaciones Marinas y la Asociación de Armadores de Vigo (ARVI).
El proyecto se encuentra en una segunda fase, en la que se está tratando de averiguar «cuál es el mejor procedimiento de aplicación, después de haber logrado las concentraciones óptimas del aditivo», indicó Barros. El director de la investigación en la USC afirmó que se barajan varias posibilidades: «Disolución en agua y aplicación por aspersión, a través del lavado del pescado o introduciéndolo en una piscina. También diluyendo el aditivo en hielo líquido o a través de hielo tradicional». La idea surgió de la necesidad de los barcos que faenan en lugares lejanos de la costa y que realizan mareas de varias semanas. La pérdida de frescura experimentada por el pescado durante su conservación en cámaras frigoríficas constituye un grave problema para el sector pesquero, que ve cómo el producto pierde calidad antes de llegar a puerto. De ahí, el interés promovido por la Asociación de Armadores de Vigo por solucionar este problema que los posiciona en desigualdad de condiciones a la hora de competir en el mercado.
El gerente de la Asociación Nacional de Armadores del Gran Sol (Anasol), José Ramón Fuertes, indica que no se trata de engañar a nadie, sino de que el pescado logre mantener su frescura y aspecto, y conserve su calidad. «Los compradores saben diferenciar perfectamente entre el pescado del día y el que viene en cámaras frigoríficas. Por eso es tan importante este aditivo».
Jorge Barros subraya la importancia de la colaboración entre entidades científicas y las empresas para que las investigaciones puedan encontrar salida: «En ese sentido se trata de un proyecto novedoso porque el mundo académico está lleno de estudios que no tienen aplicación en el mercado».
Asimismo, Barros garantiza que este verano se realizarán simulaciones en alta mar, «en condiciones reales», para comprobar la efectividad del BPS2. Se espera que el proyecto esté finalizado en noviembre del 2010.