Compostela vibra con el Apóstolo

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

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fotosxoán a. soler

Los hoteles del centro se llenaron dos noches, con numerosas excursiones de turismo cultural y religioso

25 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La ciudad vibra con las fiestas, con tranquilidad y elevada presencia de visitantes. Los hoteles de la zona monumental y más céntricos se llenaron el sábado y domingo. Encontrar plaza en la zona para clientes que les llegaban ayer por la tarde era tarea imposible: había que salir a la periferia, con ocupación también alta, afirma Sara Santos, presidenta de hospedaje de la Asociación de Hostelería.

«Parece que hay una afluencia mayor, relacionada con el año jubilar, por las numerosas excursiones de turismo religioso, y también cultural, sobre todo gastronómico. La alta ocupación del centro es general, tanto en hoteles con encanto, como pensiones o establecimientos de grandes cadenas hoteleras», agrega. Confía que sea indicio de recuperación, y que se mantenga.

El entorno de la Catedral estuvo ayer abarrotado. En la praza da Quintana se sucedían las colas para entrar por la Puerta Santa. A pesar del intenso calor, a las 16.00 horas aguardaban unas 50 personas. La presencia de peregrinos era también intensa: llegaron ayer 2.072 que obtuvieron sus compostelas, y se hacían notar personas de diversas lenguas.

Pero, sobre todo, había gran animación en la calle, que se escenificaba por ejemplo en la masiva concurrencia al paso de los gigantes y cabezudos. Por la mañana se percibían muy discretamente las fuerzas de seguridad. La mayoría se concentraban en el Gaiás, en el acto de entrega de las medallas de Galicia, donde había hasta policía a caballo.

Desde primera hora de la tarde se hacían más visibles en el Obradoiro, que se cerró a las 18.00 horas, para recibir solo a quienes iban a presenciar el espectáculo de los fuegos. Los hubo madrugadores que para coger sitio esperaron más de cinco horas.

Al coincidir dos festivos seguidos, fue un domingo con varios supermercados abiertos, aunque con menos clientela de lo habitual. También trabajaron parte del comercio textil, o el centro comercial As Cancelas. La jornada transcurrió con enorme ocupación de terrazas, tanto para comer como el resto del día; y ganaban claramente las que ofrecían más espacio de sombra.