























Vallas y cintas son los elementos usados para evitar que se ocupen zonas de seguridad
17 sep 2017 . Actualizado a las 12:14 h.Los problemas de aparcamiento en el Hospital de Conxo son infinitamente menores que los de los hospitales Clínico y Gil Casares, pero también es mucho más pequeño y tiene bastantes menos pacientes y consultas externas que los otros dos centros hospitalarios. Dicho esto, el que se registren menos situaciones de mal aparcamiento no significa que no sea fácil encontrar coches aparcados sobre las aceras o aprovechando cualquier rincón para dejar el turismo. En el entorno más próximo a la puerta principal de entrada, es habitual ver cuatro coches ocupando las aceras que, por cierto, dejan totalmente destrozados los adoquines. El espacio ante la puerta principal suele estar ocupado todo el día, a partir de las nueve de la mañana. En la zona de urgencias, pese a que lo más conveniente sería dejarla totalmente libre, se aprovecha el bordillo de acceso para aparcar dos o tres coches, según el tamaño. En urgencias hay capacidad para unos 15 coches y dos más para discapacitados. En el aparcamiento de detrás del edificio principal también reina la anarquía. Aquí hay espacio para unos 50 coches, y durante la realización de este chequeo el aparcamiento estaba bastante ordenado, y tan solo había tres coches forzando el espacio. Otro de los focos de mal aparcamiento se sitúa delante de la caseta de Cruz Roja, donde cinco conductores dejaron sus vehículos sin atender a la línea amarilla en el bordillo de la calzada.
Para los trabajadores
A diferencia de los otros centros públicos hospitalarios de Santiago, los trabajadores de Conxo solo disponen de una pequeña zona reservada para aparcar, y por tanto, los que se quedan sin espacio acaban ocupando buena parte de las plazas libres. El hospital dispone, además de las escasas bolsas en su entorno más cercano, de una explanada junto al río donde pueden aparcar casi 100 coches, siempre que los conductores sean cívicos y se esmeren en aprovechar al máximo el poco espacio disponible para pacientes, visitas y trabajadores. Los elementos más curiosos utilizados para luchar contra el mal aparcamiento son, además de los bolardos para cerrar el paso a zonas verdes como el situado junto al puente sobre el río de Sar, las cintas desgastadas y casi rotas, o las vallas y pivotes olvidados de obras.
La falta de espacios en el hospital se deja notar en la cercana urbanización de Pontepereda, donde muchos pacientes dejan sus coches y recorren caminando la distancia hasta el centro hospitalario. Las bolsas de aparcamiento son claramente insuficientes para atender la demanda diaria, especialmente en las jornadas de mañana, y de lunes a viernes. Por ello, se trabaja en la posibilidad de acondicionar más plazas en el entorno hospitalario, reordenando espacios ahora inservibles.
Aunque la situación en el centro ha mejorado en cuanto a seguridad, lo cierto es que se siguen necesitando más medidas para ordenar el aparcamiento y evitar situaciones de riesgo en caso de ser necesaria una evacuación. No se puede obviar el hecho de que al Hospital de Conxo solo tiene un acceso por la rúa Ramón Baltar, lo que supone un problema especialmente en las horas de salida del personal sanitario.