
De más de un millar de seminaristas que llegó a tener, el centro dedica ahora solo 50 plazas al internado
15 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La falta de vocaciones va dejando cada vez más huecos en los seminarios de Santiago, tanto en el mayor (en donde cursan una veintena de seminaristas) como en el menor. Y tanto en uno como en otro se incrementa el espacio para otros servicios y actividades económicas.
El Seminario Menor de la Asunción se va quedando vocacionalmente en los huesos, y sus responsables han decidido aumentar a cambio las posibilidades de alojamiento del centro, con el visto bueno del Ayuntamiento de Santiago. Raxoi acaba de darle luz verde a un acuerdo que propiciará ese objetivo.
El Seminario de Belvís es un edificio enorme de cuatro plantas y media (esta última aprovecha en la parte inferior un desnivel) que en su momento necesitó esa gran superficie construida de 21.000 metros cuadrados como semillero sacerdotal. En el curso que siguió a la inauguración (1956) residían en el centro 1.124 seminaristas. No sobraban espacios.
Décadas después se fue rebajando la matrícula de alumnos y se compatibilizaron los estudios para cura con los cursos oficiales del bachillerato. En los años 70 seguían habitando el inmueble y durmiendo en sus habitaciones y camarillas medio millar de seminaristas. En las décadas siguientes se fueron quedando libres muchas camas y el edificio se constituyó en albergue para peregrinos y visitantes.
Las vocaciones no pararon de decrecer y se llegó al momento actual de la disposición de cien plazas para internado. Pero solo se ocupan la mitad, es decir, medio centenar de seminaristas residentes, muy lejos de la afluencia de los mejores años.
¿Alternativa? Más camas destinadas al albergue. Pero claro, el centro se topó con el problema de que los usos actuales no lo permiten y la ocupación de las habitaciones vacías como alojamiento requiere un cambio de calificación. El Seminario como tal tiene la consideración de equipamiento múltiple: docente, religioso, residencial comunitario, asistencial y sociocultural. Y, cuando se tramite la modificación del planeamiento agregará como uso tolerado el de albergue.
El edificio del Seminario agregará de esta forma medio centenar de plazas a las dedicadas a alojamiento. El tiempo dirá si la crisis vocacional, que la Iglesia desea frenar y reconducir, deparará una mayor reducción de internos y la conveniencia de destinar más sábanas al albergue.
Se trata de una de las mayores hospederías de este tipo en Compostela, con una capacidad de acogida importante en las grandes oleadas de peregrinos. Cuenta con 177 plazas de camas individuales en salas compartidas y 22 habitaciones individuales.
El albergue posee diferentes servicios para el uso de las personas alojadas (duchas, acceso a cocina, comedor, supermercado, etcétera) pero en teoría no son solo jóvenes los ocupantes de albergues. También pueden disfrutarlo personas mayores, con el hándicap de que habrán de subir escaleras. De hecho, en el ánimo de los gestores del centro está la construcción de un ascensor con el necesario permiso. La zona está dentro del Plan Especial.
Y precisamente el trámite de modificación del Plan Especial es el que se está tramitando ahora mismo en el Ayuntamiento para la nueva área del albergue. En breve será remitido el documento a la Xunta para informe.
Un edificio de nueva planta en el mismo recinto que se quedó en agua de borrajas
El albergue ocupa un importante espacio del Seminario Menor. Pero los responsables eclesiásticos plantearon hace una década la construcción de una instalación diferente en el recinto del Seminario, en un edificio de nueva planta (en la parte que da a la avenida de Lugo) con volumen edificable de 4.000 metros cuadrados y con una capacidad de 350 plazas a lo largo del curso y 500 en el verano. De esa forma se dejaba el Seminario para su uso como tal.
De hecho, el Concello llegó a un acuerdo para la dotación de este servicio con la Archicofradía del Apóstol con el ánimo de tenerlo listo para el año santo del 2010. Se llevó adelante la tramitación de la modificación puntual del Plan Especial de la zona histórica y ahí se quedó la cosa. El proyecto quedó estancado y el tiempo está indicando claramente que el inmueble del Seminario Menor, cada vez con menos camas de residentes, tiene suficiente cabida para todo.