
Tiendas de disfraces como Teular atraviesan el carnaval más triste de los últimos 20 años
13 feb 2021 . Actualizado a las 10:41 h.El primer carnaval de la pandemia será una celebración sin desfiles, sin comparsas poniendo color a las calles, sin concursos en pabellones, ni carrozas. Pero el entroido sigue vivo, aunque sea de puertas para dentro. La fiesta que sirve para reírse hasta de lo malo, que saca punta a todo y arranca sonrisas, a base de ingenio y de buen humor, parece tener más sentido que nunca en estos tiempos. Las redes sociales empiezan a llenarse de fotos de grandes y pequeños transformados en bandoleros, espantapájaros y otros muchos personajes. ¿Cuál es el disfraz de moda este año? Esta vez no es cuál, sino más bien cómo, porque el que se lleva es el hecho en casa, con más o menos destreza, al estilo cratf cuando se le dedica tiempo y cariño, o al modo choqueiro de toda la vida, con lo que uno coja por banda. Esto está teniendo también su repercusión en el comercio local y en tiendas de disfraces como Teular explican que el gasto está siendo anecdótico. «La gente no está comprando este año, se están haciendo disfraces por sus propios medios para ahorrar, porque hay mucha precariedad laboral y familias que se han quedado sin apenas ingresos y sin expectativas de empleo», explica Pilar Vidán, propietaria del negocio que hace esquina en Romero Donallo con la avenida de Vilagarcía.
Cuenta que, en las vísperas del carnaval, debería haber mucho movimiento en el establecimiento, «aunque solo fuera para preguntar». Y, sin embargo, la realidad es otra: «Estoy abriendo una hora al día por las mañanas y el jueves, por ejemplo, no vino nadie por aquí». Para Teular, que nació hace ya 19 años en el callejón de Feáns, este es sin duda el entroido más triste de todos. «Y es un problema mundial, porque nosotros también exportamos, no solo vendemos a nivel local», añade Pilar, quien asegura que tras 11 meses sin prácticamente ningún evento (ni despedidas de solteros ni fiestas temáticas, ferias medievales, cumpleaños, bautizos, comuniones o celebraciones que decorar) sería «muy difícil resistir otro año como este sin ayudas». Al cancelarse la Semana Santa, indica, ni siquiera guantes se venden para los cofrades, tampoco antorchas, alas para los angelitos u otros atavíos para la representación de la Pasión. «La economía se está poniendo compleja y ahora más que nunca deberíamos pensar en el comercio local, valorar la calidad del producto y en los sectores que, como el nuestro, no han recibido apoyos hasta la fecha, a pesar de todos los gastos que tenemos, incluyendo al personal; lo que repercute indirectamente en proveedores, repartidores, fabricantes, etcétera», concluye.

Lazos dorados
Desde el jueves y hasta el lunes todos los empleados del Corte Inglés de Santiago llevarán un lazo dorado en sus solapas para apoyar a los pacientes que padecen cáncer infantil y sus familias. La tesorera de la Asociación de Ayuda a Niños Oncológicos de Galicia (Asanog), Verónica García Brea, participó en el acto de entrega de los lazos que simbolizan el apoyo al colectivo, junto con una representación de los profesionales que trabajan en el centro comercial compostelano encabezada por Pati Blanco, director de comunicación y relaciones institucionales de El Corte Inglés Galicia-Asturias. El objetivo de la iniciativa es dar visibilidad y concienciar sobre una enfermedad que en España es la primera causa de muerte por enfermedad en niños y adolescentes, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer Infantil.

Caldo gallego por bitcoins
No solo grandes multinacionales como Tesla apuestan por el Bitcoin, sino que también lo hacen empresas mucho más humildes que desarrollan su actividad en el entorno rural. Este es el caso del complejo rural de O Pino Vila Sen Vento, que desde el mes pasado da la posibilidad de pagar con esta criptomoneda, ya sea el alojamiento o hasta las compras en su tienda online de productos gastronómicos, como caldo gallego, tarta de Santiago u otros muchos platos elaborados con mimo por Pilar. El negocio dirigido por Javier Suárez-Vence y su familia dio el paso al considerar que esta «es una realidad asentada especialmente entre los millennials y, sobre todo, por ser un método rápido, fiable y totalmente seguro que permite además realizar las transacciones de manera inmediata». Así, los clientes que quieran hacer una reserva utilizando sus bitcoins solo tendrán que ponerse en contacto con el negocio por teléfono o email para solicitar la billetera a la que realizar la transferencia, o bien el código QR que han habilitado para esta función. No habrá que gastar una cantidad mínima para poder utilizar el servicio, por lo que los clientes podrán costear con estas criptomonedas tanto unas vacaciones como un bote de mermelada casera en la tienda gourmet online.