Javier Masaguer: «Dejé el baloncesto al entrenarme Moncho Fernández y ahora nos reímos de eso»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

Javier Masaguer, que se inició como animador en el Rosalía de baloncesto, continuó como «speaker» en el Obra desde su vuelta a la ACB. Tras ello puso voz a distintos eventos, como la Copa del Rey de baloncesto, de balonmano o de fútbol sala. «Hice de todo y, por suerte, nunca perdí la voz. ¡Y eso que no paro de hablar!», apunta
Javier Masaguer, que se inició como animador en el Rosalía de baloncesto, continuó como «speaker» en el Obra desde su vuelta a la ACB. Tras ello puso voz a distintos eventos, como la Copa del Rey de baloncesto, de balonmano o de fútbol sala. «Hice de todo y, por suerte, nunca perdí la voz. ¡Y eso que no paro de hablar!», apunta PACO RODRÍGUEZ

Al «speaker» del Obradoiro, que ya suma 12 años en Sar, lo reclaman para muchos eventos, también a nivel nacional. En la calle también hay quien le reconoce: «No es la primera vez que me piden dar un grito»

06 jul 2021 . Actualizado a las 22:16 h.

Recién llegado de Ourense, donde animó en la última victoria de la selección española de balonmano, Javier Masaguer no muestra cansancio. «Nunca tengo problemas para hablar», bromea este santiagués de 32 años al que muchos identifican por ser el speaker que levanta a los aficionados del Obradoiro en Sar y por poner voz a distintos eventos. «No pensé que pudiera llegar adonde estoy», reflexiona sobre una trayectoria con el micrófono que suma 16 años y a la que se orientó tras haber crecido «en un pabellón». «Mi padre era presidente del Pío XII de baloncesto, pero a mí me tiraba más el fútbol», destaca al recordar sus inicios en distintos clubes, entre ellos el Compos, donde también fue recogepelotas. «De niño era monaguillo en la Colexiata de Sar y el cura me dejaba librar los domingos porque también estaba en su equipo», añade sonriente sobre un polifacético recorrido que también mantuvo, como árbitro y como jugador, en el baloncesto. «Lo dejé cuando estaba en Peleteiro, al entrenarme Moncho Fernández. Yo estaba en una época rebelde y él tenía carácter. Ahora nos reímos mucho de eso», sostiene al centrarse en una disciplina a la que siguió fiel como aficionado. «Iba a ver al Rosalía y me fijaba en el locutor. Un día me ofrecí como voluntario», subraya sobre su primer contacto con un oficio que le enganchó y le retuvo mientras estudiaba Ciencias del Deporte y, años después, dirección de cocina, su otra pasión, con la que hizo prácticas en A Nave de Vidán y en La Tacita de Juan. «En la vuelta del Obra a la ACB me ofrecieron ser su speaker y me decanté por el deporte», apunta.

Es en ese 2009 cuando empieza su despegue, que afrontó sin nervios. «Es importante no tener miedo a equivocarse», defiende mientras entona el nombre de varios jugadores. «En el Obra no me lo han puesto fácil con la pronunciación de algunos, como Pumprla o Mejri», remarca jovial. «Con el micrófono nunca debes bajar el fuelle aunque pierdas porque todo se contagia», acentúa al rescatar su mejor intervención -«fue cuando nos salvamos aquí contra el Valencia»- y al enlazar con su faceta musical. «Algunos me preguntan que por qué siempre suena Fiesta pagana de Mago de Oz. Creo que es un tema que funciona bien. Forma parte de mi bloque de canciones para cuando ganamos con facilidad. Si el partido va apretado es mejor que el pabellón hable», explica sin olvidar al Miudiño. «Fui dj en bodas, como en la de uno de nuestros preparadores físicos, y en ella no dudé en ponerlo. Entre los invitados estaba un jugador del Breogán», comenta divertido al aludir a más facetas de una carrera que, tras darse a conocer en el Obra, no dejó de crecer. «Desde el Xacobeo 2010, y al celebrarse muchos torneos en Galicia, me empezaron a llamar para animar deportes como boxeo, triatlón o balonmano», disciplina en la que vivió una de sus experiencias más sentidas. «Fue en O Rosal. Conecté rápido con su afición y cuando ascendieron me tiraron a la fuente. Decían que el logro también era mío. Ahora soy socio del club», enfatiza con orgullo sobre su trabajo. «Se ha empezado a reconocer lo que generamos en un evento y nuestra preparación», insiste al evocar su primera Copa del Rey de baloncesto. «Yo estaba entre el público, pero el speaker oficial no pudo seguir y me llamaron», resalta sobre una experiencia en un torneo nacional, que al igual que en balonmano y en fútbol sala, salió bien. «Creo que de mí valoran mi neutralidad, aunque tengan claro mi origen. A veces se me escapa un moi boas o benvidos. Es la costumbre de tantos eventos aquí», admite risueño al repasar citas como la Festa da Auga de Vilagarcía o el Concurso Hípico no Camiño, que se celebrará el próximo fin de semana en Vedra, y en el que, además de speaker, es organizador. Convenció para que fuese madrina en el evento a Ofelia, la mediática concursante compostelana de Masterchef. «Me gusta implicarme, aunque, por ahora, no me haya subido a un caballo», confiesa.

De nuevo sobre el Obra no olvida este año, cuando, sin público en Sar, siguió por normativa animando igual. «Hubo mucha emoción en la vuelta», recalca sin dejar de mirar a la grada. «Dentro hago lo que haga falta, no me da vergüenza estar ante 6.000 personas. Fuera sí me da algo de reparo», aclara. «No es la primera vez que me reconocen por la calle y me piden dar un grito», finaliza feliz y agradecido.