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Salgueiriños, en Santiago, aprueba en zonas verdes

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Las carencias, como en la mayoría de los barrios de Santiago, están vinculadas a la falta de mantenimiento en los espacios públicos

04 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Salgueiriños es uno de esos barrios que hace solo un par de décadas en la inmensa mayoría de sus terrenos crecían sin control los toxos. Hoy es el vivo ejemplo del bum urbanístico de los años 90 y de la apuesta por la vivienda protegida para intentar frenar el alza de los precios. Salvo la rúa dos Vilares, que podemos incluir o no en Salgueiriños (ya se sabe que los límites son difíciles de establecer), el resto del barrio está plagado de bloques de viviendas y de adosados con diversos niveles de protección. En general, el estado de conservación de los inmuebles es correcto. En Salgueiriños se localizan varios edificios que albergan dependencias del ámbito social como el Cegadi (Centro Galego de Discapacidad) y la sede de la Asociación de Esclorosis Múltiple; así como la UMAD y el Centro municipal de servicios sociales, en el que tienen sede varias asociaciones del ámbito social. En el barrio se localiza también la delegación de Hacienda, y el aparcamiento para caravanas y autobuses.

Salgueiriños fue escogido para acoger el parque de Bomberos, del que queda un esqueleto de hormigón que yace rodeado de maleza; y también iba a ser sede del cuartel de la Policía Local, del que nunca más se habló. Junto a los terrenos en los que ya deberían estar servicios pueden verse dos de las peores imágenes del barrio. Se trata de una finca en la que se acumula escombro y material de construcción. Su aspecto es deplorable, y más aún al estar justo en la entrada al barrio. Al lado del centro de servicios sociales, un terreno baldío, de tierra y lleno de baches sirve de bolsa de aparcamiento gratuito. Frente a este espacio, la gran explanada de asfalto en la que se celebra cada jueves un mercado de ambulantes, y que se convierte en párking el resto de la semana.

Una de las quejas de los vecinos está vinculada a la celebración del mercado, y es que bolsas, papeles y plásticos terminan inundando las zonas verdes y calles del barrio durante las horas y días posteriores al mercadillo. Y esto es así, pese a que las brigadas de limpieza acuden a la explanada cuando los últimos vendedores apuran la recogida de sus puestos. La escasa limpieza en las calles y en los contenedores de superficie son otras de las manchas del barrio. No se libra Salgueiriños de la falta de civismo de algunos vecinos que dejan la basura fuera de los contenedores o voluminosos abandonados en la calle durante días. Especialmente llamativo era una imagen de basura y un colchón, esta misma semana, junto a los contenedores de residuos orgánicos, en el que dejan sus desechos una serie de vecinos de forma voluntaria. Tampoco está libre Salgueiriños de las pintadas, que «decoran» las paredes de los pasadizos de la rúa Melide. La falta de mantenimiento es evidente en los bancos del barrio, y especialmente alarmante en los situados detrás de la rúa Melide y en la rúa Manuel María.

En la amplia zona verde, el césped precisaba un repaso esta semana, y los caminos empedrados requieren de la presencia de obreros para reponer unas piedras y asentar otras. En el parque, una de las fuentes de agua potable está averiada, y no deja de verter desde hace semanas. Varias calles del barrio, como en otros puntos de la ciudad, deberían ser incluidas en el listado de trabajos pendientes de la empresa de mantenimiento de viarios públicos. Aunque no tiene grandes baches, posponer la intervención hará que, en unos meses, el pavimento se deteriore tanto que sea precisa una inversión mayor.