Cristina Montero, alumna de Santiago sobresaliente en selectividad pese al TDAH y la dislexia: «Con un 12.72 espero entrar en el doble grado de Magisterio»
SANTIAGO CIUDAD

«Me resulta muy difícil concentrarme; es casi imposible si no tomo la medicación», dice
25 jun 2022 . Actualizado a las 22:17 h.Para estudiantes con discapacidades, o sometidos a algunos tratamientos médicos, es un reto mayor conseguir una nota elevada en la selectividad. Es el caso de Cristina Montero Macías, quien estudió la ESO y el bachillerato en el colegio La Salle y está en el grupo de estudiantes sobresalientes de Galicia, a pesar de las dificultades por tratarse de TDAH [Trastorno por déficit de atención e hiperactividad], y la dislexia. Mañana asistirá en el multiusos de Sar al reconocimiento de la USC a los mejores expedientes: «Iré con mis padres y con mi hermana», afirma.
—Acaba el bachillerato con éxito, ¿fue difícil llegar hasta aquí?
—Pues si, supuso mucho esfuerzo, mucho trabajo duro y mucho estudio.
—¿Fue segundo de bachillerato su curso más duro?
—Sí, porque es mucho temario. Estudié el bachillerato de Ciencias sociales, con Matemáticas Aplicadas e Historia del Arte.
—¿Cómo resultó la ABAU?
—Pensaba que iba a ser una experiencia más estresante. En el colegio nos prepararon con pruebas del mismo modelo, y cuando vi el primer examen ya me sentí como si estuviese en el colegio. La prueba de la que salí más contenta fue Historia del Arte, y la más complicada Historia de España.
—¿Tiene claro ya qué hará ahora?
—Me gustaría estudiar el doble grado de Magisterio, de educación infantil y primaria. El año pasado la nota de corte fue sobre un 12.7 y espero no tener problemas.
—Ha conseguido un sobresaliente en la ABAU, ¿tiene dudas?
—Mi nota en la fase general fue un 9.02; y la nota ponderada, la que se tiene en cuenta para acceder a este doble grado, es un 12.72. Con esa nota espero poder entrar.
—¿Por qué le interesa Magisterio, hay maestros en su familia?
—Un abuelo mío fue maestro, pero sobre todo han influido docentes que tuve, en La Salle y antes en el colegio Inmaculada, donde estudié primaria, y que hicieron que me interesase mucho esta profesión.
—¿Influyó en sus estudios medicarse para TDAH y la dislexia?
—Me condicionan para estudiar, porque me resulta muy difícil concentrarme; es casi imposible si no tomo la medicación. Tengo buen nivel en Matemáticas, pero me machacan siempre los fallos tontos, por no fijarme y por no poder mantener bien la concentración.
—¿Cómo celebrará su éxito en la ABAU?
—Con un viaje con mi familia a Egipto, que me atrae por lo que estudié y por ser un destino no muy común. Y lo que surja, pasármelo bien, aprovechar que el año duro ya pasó y esperar a entrar en la Universidad.