La papelería Xaquín cumple 42 años con el relevo generacional más que asegurado

SANTIAGO CIUDAD

Mato empezó en un pequeño local de la rúa Nova de Abaixo y su hija María se sumó hace ocho años
21 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Muchos de los negocios emblemáticos de Santiago se quedan por el camino cuando su titular alcanza la edad de la merecida jubilación. La falta de relevo generacional está dejando huérfana a Compostela de establecimientos que formaron parte de la historia comercial de Santiago, y que se quedaron para siempre en el recuerdo de quienes fueron sus clientes. La papelería Xaquín, abierta en 1980, forma parte de la memoria de aquellos jóvenes que llegaron a Compostela en pena movida ochentera para estudiar en la Universidade, y también de las siguientes generaciones. Xaquín Mato abrió un primer quiosco en un pequeño local junto a las galerías de la rúa Nova de Abaixo, entonces calle Nueva. Años después ganó espacio al trasladarse a otro inmueble más grande, y más recientemente, al enclave actual y definitivo. Siempre en esa misma rúa. Casi desde el principio se ganó la fama entre los universitarios que buscaban algún producto especial de papelería. «Si Xaquín no lo tenía, no lo tenía nadie». Hace ocho años se incorporó al negocio, de forma plena, su hija María Mato Blanco, y llegó el momento de que Xaquín fuera soltando la cuerda, aunque por ahora sigue vinculado. «Recuerdo que, cuando iba al instituto, ya venía por las tardes, o los sábados, a echar una mano. Y hacía algún reparto también», apunta María. Xaquín reconoce que el relevo de su hija es «algo natural», porque siempre estuvo vinculada. «Creo que le gusta y, además, sabe llevarlo». Su otra hija, Ana, ingeniera química, cogió otro camino profesional. A lo largo de estos más de 40 años, el sector de la papelería se ha enfrentado a situaciones complicadas y a cambios en las preferencias de los clientes. Pero, como cada curso, la proximidad de la vuelta al cole se presenta como «uno de los momentos más complicados del año. Este será aún más duro, porque todos los niveles empiezan el mismo día», explica María. Asegura que los bonos de la Xunta para material escolar suponen «un alivio para las familias, porque las listas de peticiones de los colegios son, en algunos casos, muy largas y costosas. Hay casos en los que a los 50 euros del bono hay que sumar algo más, y otros en los que llega y se pueden permitir alguna cosa especial». Con los años María conoce a la perfección a los clientes: «Los niños se entretienen poco. Cogen las libretas básicas y quieren acabar pronto. En cambio, entre las niñas hay más que quieren una libreta con dibujos, de las especiales». A principio de curso, los padres «suelen ir a lo básico. Lo otro queda para regalos especiales. Aunque siempre hay quien cumple algún capricho». Precisa que uno de los cambios más agradecidos por los libreros «es que nos traigan la lista de los libros de texto al final del curso anterior, para ir preparando pedidos con la calma del verano». María teme que este año habrá problemas con algunos títulos: «Algunas editoriales avisaron que puede que no estén los libros hasta octubre». Y, además, hay cambios en varios cursos, así que «no habrá opción de usar los del año anterior, y ya sabemos que se encarecieron los libros». A María y a Xaquín les quedan semanas de mucho trabajo. «Lo hacemos con muchas ganas».