Ella une sus dos grandes vocaciones en Mandala, un espacio que combina la danza y el bienestar en Santiago

SANTIAGO CIUDAD

Beatriz Viñal inaugura el día 17 las nuevas instalaciones del centro en Vista Alegre
06 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Ella no se vio en el dilema de elegir entre una u otra vocación. Beatriz Viñal fue capaz de conjugar, desde muy joven, su pasión por la danza y por el bienestar emocional. Con 19 años, cuando cursaba el primer año de Psicoloxía en la USC, la santiaguesa empezó a impartir clases de baile en el mismo colegio en el que estudió de niña, el CEIP López Ferreiro, como parte del programa de actividades extraescolares. Siempre sintió una inquietud docente y supo en ese mismo momento que era posible compaginar sus dos pasiones sin tener que renunciar a ninguna de ellas. Es más, con el paso del tiempo, ve cada vez más claro que «danza y psicología están muy relacionadas». Explica que sigue vinculada al López Ferreiro 20 años después, y a otros centros donde da clases, pero además montó su propia escuela en el 2014, Mandala. «Abrimos las puertas en la Rúa Nova de Abaixo, en unas galerías, y desde hace unos años sentía que había llegado el momento de ampliar el proyecto, pero se nos cruzó la pandemia y esa idea quedó paralizada», relata. «Inicialmente, ofrecíamos danza y pilates, pero la línea de trabajo se fue diversificando para dar cabida a otras disciplinas vinculadas con el cuerpo y el alma. Como psicóloga, buscaba un espacio de acompañamiento terapéutico en grupo, y yo fundamentalmente trabajo con mujeres, desde una perspectiva feminista. Necesitaba un local donde fuera más fácil aunarlo todo en un mismo espacio».
Así, cuenta Beatriz, es cómo decidió dar una vuelta de hoja a Mandala, que comienza una nueva etapa como centro de bienestar holístico en otro emplazamiento. Se están ultimando las obras en un bajo de la Rúa das Salvadas, en el barrio de Vista Alegre, para inaugurar las instalaciones el lunes 17. Allí, indica, aumentarán la plantilla para ofrecer nuevas disciplinas y contar con un equipo de acompañamiento terapéutico, osteopatía, reflexología y nutrición; además de dar clases de danza clásica y moderna, contemporáneo, break dance, twerk, reguetón, capoeira, teatro gestual, pilates mat, fitness, stretch, mandala.5, mantenimiento a partir de los 50 años, entrenamiento personal, cuerpo y relajación y danza bienestar. Formarán parte de este nuevo capítulo de Mandala profesoras que ya estaban en el anterior centro, incluso antiguas alumnas que se han convertido en docentes, como Laura Villar, explica con orgullo la compostelana de 39 años, así como la profesora de pilates que «lleva conmigo desde que fui madre», Marcela Rueda. Entre los planes de Beatriz está también ofrecer talleres específicos para mujeres y adolescentes, con los que convertirse en un lugar de encuentro y empoderamiento.