La historia de tenacidad que centrifugó la apertura en Compostela de una nueva tintorería

SANTIAGO CIUDAD

Con una franquicia de 14 lavanderías de autoservicio, un decidido emprendedor de Ames da el salto a la atención personal tras dos años cargados de contratiempos
22 oct 2022 . Actualizado a las 10:56 h.Si hace unos años ya se decía que emprender es para valientes, con la inflación azotando ahora el bolsillo del pequeño y mediano empresario parece hasta temerario. Sin embargo, sigue habiendo personas dispuestas a arriesgar, que no se acomodan ni se resignan a ver cómo escampa. Así es Santiago Lorenzo, un pontevedrés de 34 años que vive desde hace tiempo en Ames y allí ha formado su familia. Hoy inaugura un nuevo negocio en Santiago, una tintorería, detrás de la cual se esconde una historia de tenacidad.
Hace algo más de dos años que surgió el proyecto, justo antes de la pandemia. El fundador de la franquicia de lavanderías de autoservicio Caballo Blanco tenía ya una cadena consolidada, después de abrir la primera de ellas a sus 26 años. Con un modelo de negocio que iba viento en popa (actualmente tienen 14 establecimientos, todos en la provincia de A Coruña, salvo uno en Pontecesures), decidió probar suerte y abrir su primera tienda con personal atendiendo de cara al público. Consiguió el local en febrero del 2020, un mes antes del confinamiento. Poner en marcha la obra cuando el sector de la construcción se veía desbordado por una súbita demanda fue el menor de los contratiempos, a los que se sumarían luego los problemas de suministros e incertidumbre del inicio de la guerra en Ucrania. Pero, sobre todo, dice Santi, lo que le afectó fueron las trabas burocráticas: «Estamos a 50 metros del Camino de Santiago y el proyecto estaba condicionado por Patrimonio». Y, ni siquiera el alza de los precios de la luz, de los carburantes y el coste de la vida en general detuvieron al empresario en su propósito. «Es verdad que da un poco de yuyu meterse en esto con la que está cayendo», reconoce, pero la ilusión pesó más que todo el resto en su caso.
Explica que la suya «es una tintorería distinta al resto, con una estética muy cuidada, plantas, madera y un toque industrial». Además, añade, «tenemos wet cleaning, que es un proceso más ecológico y que trata mejor a la ropa que la limpieza en seco tradicional». Desde aquí centralizarán su servicio de lavandería a domicilio y planea lanzar, en unos meses, paquetes de descuentos para clientes habituales. En este nuevo proyecto se apoyará en cinco empleadas, dos de ellas ya trabajaban con él (Carmen y Pili); y entre las nuevas incorporaciones están Mariel, Mar y Dolo, que entró con 14 en la primera tintorería que hubo en la ciudad y lleva los últimos 33 años dedicada a este trabajo.