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Pecado Carnal, la nueva carnicería de Santiago que costó tres años abrir

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Pablo Rodríguez dice que en su casa son «de carne» y él es hombre «de chuletas». El carnicero cuenta que el nombre de Pecado Carnal se les ocurrió a un amigo y a él mientras estaban buscando un local comercial: «Como no encontrábamos, entre bromas, se habló de alquilar la Catedral y de llamarlo Pecado Carnal. Surgió de esa forma la idea y así quedó».
Pablo Rodríguez dice que en su casa son «de carne» y él es hombre «de chuletas». El carnicero cuenta que el nombre de Pecado Carnal se les ocurrió a un amigo y a él mientras estaban buscando un local comercial: «Como no encontrábamos, entre bromas, se habló de alquilar la Catedral y de llamarlo Pecado Carnal. Surgió de esa forma la idea y así quedó». PACO RODRÍGUEZ

Los hermanos Pablo y Daniel Rodríguez dirigen el negocio junto a Diannette Valdés

07 dic 2022 . Actualizado a las 08:56 h.

El jueves, 1 de diciembre, fue un día especial para Pablo y Daniel Rodríguez Espiño. Los hermanos se metieron en una carrera de fondo, de tres años, para abrir la carnicería que siempre habían soñado y por fin se hizo realidad este mes. Pecado Carnal se inauguraba en Santiago, en la avenida de Vilagarcía (a pocos metros de la plaza de Vigo). Allí Pablo (silledense, de A Bandeira) está a cargo de la atención al público; y su cuñada Diannette Valdés (cubana) y Daniel, de la parte administrativa. Cuenta este carnicero emprendedor de 42 años que, tras casi 20 en la profesión, quería iniciar un proyecto empresarial propio.

«Empecé en el mundo de la carne con Buey Gran Selección de A Bandeira, vendiendo lomos de vaca para restauración. Me sentía cómodo en este trabajo y me gustaba tanto este sector como el trato con la gente». Luego, encontró empleo en una carnicería de la Praza de Abastos compostelana, en la que aprendió el arte del corte. Y, más tarde, estuvo en una empresa para mayoristas de la hostelería. «Fue ahí cuando me empezó a rondar la idea de montar algo propio, pero llegó la pandemia y lo desbarató todo», relata.

PACO RODRÍGUEZ

Cuando la vida comenzó a ganarle el pulso a la normalidad se pusieron manos a la obra, en busca de un local con licencia vigente de carnicería. «Llevábamos dos años detrás de él, hasta que al final lo conseguimos», celebra. «Las obras retrasaron la apertura un mes más, por la falta de obreros y de cierto material para llevar a cabo la reforma», añade. Después de tanto tiempo, dice, fue la última piedra en el camino. No obstante, siente que mereció la pena todo el tiempo y esfuerzo invertido porque «la acogida está siendo muy buena en el barrio: la gente que viene se está quedando contenta». Y, aunque no llevan ni una semana abiertos, «muchos ya repitieron».

Su especialidad es la ternera de cría tradicional gallega y, siendo de la localidad que hasta el mismísimo Martín Berasategui alaba por sus carnes, está entre sus productos estrella la vaca madurada de A Bandeira Gran Selección. También el cerdo de Lalín, además de «elaborados de alta calidad que hacemos nosotros mismos», destacan, como hamburguesas, raxo, albóndigas, lasaña... Por si no fuera suficiente con esto, en Pecado Carnal hay a mayores conservas selectas, chicharrones de Ordespan y empanadas de Oroso.