Lalo Crespo, director del Hotel Oca Puerta del Camino: «Estamos en condiciones de acoger eventos de 2.000 personas»

SANTIAGO CIUDAD

El hotelero ve solución para el problema del cierre del Palacio de Congresos por obras, pero no para el de los taxis
28 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Lalo Crespo llegó a la dirección del Hotel Oca Puerta del Camino en octubre del 2018, después de desempeñar funciones directivas en un establecimiento de la cadena Oca Hotels en Brasil. Cuando llegó se planteó la necesidad de abrir el Puerta del Camino a la ciudad y ahora, sin desatender un reto que «en parte se ha conseguido», quiere posicionarlo como espacio de eventos.
—Su establecimiento depende, en gran medida, de los congresistas del palacio, ¿el cierre de nueve meses es un problema o una oportunidad?
—Me decantaría más por un problema que por una oportunidad para nosotros. Esperábamos un cierre de cuatro meses, pero nueve son el doble; es casi un año perdido. La ciudad, los negocios y los hoteles se verán perjudicados. Aun así, puede ser una oportunidad para postularnos como un espacio para acoger eventos que no sean en números excesivamente grandes. Estamos en condiciones de celebrar reuniones de 900 a 1.000 personas, y si fuera un evento con restauración hasta 2.000 personas en reuniones simultáneas.
—Más de dos mil personas no es un evento pequeño.
—Tuvimos uno en septiembre con 2.200 personas en reuniones simultáneas. Reconvertimos habitaciones en salas de reuniones. Tienen 32 metros cuadrados, y preparamos 34. Si la climatología lo permite, disponemos de un jardín con capacidad para 1.000 y la terraza entre 600 y 700. Un evento con restauración, en diferentes espacios (jardín, terraza, todas las salas de abajo y acondicionando salas en habitaciones), sin ningún problema podemos llegar a las 3.000 personas.
—¿Acogerán alguno de los eventos trasladados del palacio?
—El año que viene, uno que estaba cerrado, es muy probable que se celebre en el Puerta del Camino. Esta es también una oportunidad para postularnos como espacio de congresos.
—Algunos hosteleros sitúan la falta de taxis como un problema grave. ¿Qué opina usted?
—Es gravísimo. El cierre del Palacio de Congresos es un problema con una solución a la vista, pero el de los taxis no sé si se solucionará. Es una imagen nefasta de la ciudad. Muchos huéspedes, y congresistas de septiembre, se fueron caminando al centro, donde tenían reservas; y otros las cancelaron. Había reservas privadas para unos, pero para muchos fue y es imposible desplazarse en taxi. Andando hasta el centro, ¿qué imagen es esa?. No podemos hacer todo de diez y que falle el desplazamiento al centro y al aeropuerto. Ni el transporte urbano está a la altura.
—¿Qué propuesta hace?
—Podemos pagar desplazamientos y contratar autobuses, pero no es la solución. Hay que buscar soluciones: taxis de otros ayuntamientos o aumento de licencias. Quiero pensar que están buscando soluciones, porque la imagen de la ciudad es lamentable.
—¿Tasa turística: sí o no?
—No hay que ser tan tajante. Hay que buscar el equilibrio. Creo que la tasa no va a ser una penalización para el cliente, porque está en vigor en otras muchas ciudades sin causar daño. La tasa puede servir para equilibrar la ciudad. Ahora bien, lo de la saturación hay que cogerlo con pinzas. Los peregrinos también dejan negocio en la ciudad, nadie va a convencer de lo contrario.
—¿Entonces es un sí?
—Hay que regularizar la situación y dar servicios que hay que costear. Eso sí, tengo un pero. Sí, pero teniendo en consideración nuestra opinión. Debemos estar en la mesa de debate. Somos los que recibimos a los clientes. Criterio y voluntad de consenso.
—Hace cuatro años nos dijo que su meta era abrir el hotel a la ciudad. ¿Objetivo cumplido?
—En parte sí, aunque nos queda camino por recorrer. Hay que avanzar en la profesionalización de nuestros servicios. Desde el 2018 no hemos parado de introducir mejoras en el hotel. El reto es avanzar en la tecnología. En enero empezaremos con obras.
—¿Obras centradas en la tecnología?
—Efectivamente. Pensando en esa conversión de las habitaciones en salas de reuniones, si fuera necesario, vamos a cablear todas las habitaciones para dar acceso directo a Internet; y para avanzar en la comodidad, la apertura de las puertas será con tecnología bluetooth. Se retirarán las bañeras del 90 % de las habitaciones para poner ducha, y modernizaremos el jardín y la zona de la piscina. Se trata de actualizar y modernizar para ser un referente en los eventos sociales: bodas, bautizos, comuniones, graduaciones; y posicionarnos en las reuniones y congresos.
«Santiago está de moda, pero hay que mejorar servicios»
El director del Hotel Oca Puerta del Camino está seguro de que la ubicación de su establecimiento hotelero, apartado del centro del casco histórico, «no nos penaliza. Por el contrario, somos un hotel práctico para reuniones y encuentros de empresas. En la entrada del Camino y con conexiones directas a Ourense, Pontevedra y A Coruña. En una zona con nuevos restaurantes y en expansión».
—¿Qué balance hace de esta temporada?
—Santiago está en auge, está de moda, pero hay que mejorar servicios como los taxis y conexiones aéreas. Antes de la pandemia veníamos haciendo una campaña de captación de turistas en el mercado internacional, y después del covid se recuperó la campaña con un salto cuantitativo en la ocupación. Italia, Portugal y Alemania, y el nacional lógicamente, son nuestros mercados. La profesionalización, la flexibilidad de nuestros servicios y operativas cerradas anualmente nos dan un buen colchón, junto al apoyo de la ciudad logramos buenos resultados.
—La pérdida de vuelos internacionales choca con su apreciación de que Santiago está de moda, ¿No lo ven las compañías?
—Es un problema, pero sé que están intentando potenciar, con la colaboración de la Administración, más vuelos. Es innegable que Oporto lo hizo muy bien, y muchos turistas llegan vía Oporto.
—¿En temporada baja también?
—Todo el año. De Italia se mueve un turismo religioso, que va a Oporto para parar en Fátima y luego viene a Santiago. Quizás, lamentablemente por la guerra, puedan llegar turistas que por ahora no irán a Tierra Santa.