«Cuando nos dijeron que el premio Stephen Hawking era nuestro, no nos lo creíamos»

SANTIAGO CIUDAD

Estudiantes del IES Blanco Amor probaron que las máquinas pueden aprender a comprobar teoremas matemáticos
29 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Daniela Montoto Pereira, Leyla Villar Abella y Anxo Vázquez Manzano nunca han tenido dudas sobre la nota que sacarían en Matemáticas. Estos tres jóvenes ourensanos tienen un cerebro privilegiado para todo lo que tiene que ver con la materia: desde el cálculo a la geometría, pasando por el álgebra, la aritmética o la trigonometría. Y lo han dejado claro con un trabajo titulado «Demostración y descubrimiento automático de teoremas geométricos mediante bases de Gröbner» que los convirtió en ganadores de la sexta edición del Premio Stephen Hawking.
Este certamen promovido desde el IES Rosalía de Castro de Santiago de Compostela, en colaboración con la Xunta, se ha convertido en todo un referente del Stembach, el programa formativo de bachillerato que refuerza las competencias conocidas como STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). El estudio planteado por estos tres alumnos del IES Blanco Amor de Ourense logró destacar entre los 54 que se presentaron este año a la convocatoria y sedujo sin fisuras al jurado presidido por la investigadora Amparo Alonso Betanzos. «Cuando dijeron que el premio Stephen Hawking era nuestro, no nos lo creíamos», dice Leyla Villar. Sus compañeros confirman que no esperaban hacerse con el galardón de mayor categoría de los catorce que se repartieron en esta edición.
Los jóvenes ourensanos explican en su proyecto cómo se pueden demostrar teoremas geométricos de forma automática, algorítmica, utilizando el ordenador y eludiendo la parte creativa humana con argumentos geométricos. Utilizaron herramientas del álgebra, especialmente las llamadas bases de Gröbner. «Lo que hacemos es coger el enunciado de un problema y lo traducimos a ecuaciones. Eso se lo ponemos a un ordenador y, a partir de unos pasos que le hacemos aprender, nos da el resultado, nos dice si eso que le planteamos es cierto o no. Y lo hace en segundos», resume Leyla. Adicionalmente, introduciendo algunas variables algebraicas al método, lograron llegar de forma automatizada a una variante de un teorema, el de Viviani. Esta parte puede hacerles ganadores también de otro premio de investigación al que se han presentado.
«Además del propio interés matemático, estas técnicas tienen repercusión evidente en la inteligencia artificial, especialmente en al aprendizaje automático de las máquinas, en la robótica, en el procedimiento de decisión en lógica, pues las demostraciones son ejecutadas, finalmente, por ordenador», explica el docente Carlos Ferreiro que acompañó a los chicos en el proceso, al igual que el profesor de Biología Francisco Boán, que los guio en otra parte del estudio. Y es que estos tres estudiantes plantearon una aplicación complementaria. Utilizando también las bases de Gröbner crearon un modelo algebraico original para la regulación de la expresión génica del operón lactosa y del operón triptófano.
Los tres estudiantes del IES Blanco Amor, que han dedicado varias horas extraescolares cada semana a trabajar en este proyecto ganador del Stephen Hawking, tienen muy claro por dónde irá su futuro. Leyla, que ha pasado la ABAU con un 13,6 se va a Santiago a estudiar Matemáticas y se ve «más investigando que en la docencia».
Daniela Montoto también tiene fijada su mirada para el próximo año en Compostela, aunque en su caso quiere hacer el grado de Ingeniería Química. «Las matemáticas me siguen encantando», advierte esta joven de 18 años que también se ve en el mundo de la investigación.
Anxo Vázquez no tiene tan claro dónde le pillará septiembre. «Llevo tiempo sabiendo lo que quiero hacer, otra cosa es que pueda hacerlo», dice. Él no se presentó a la convocatoria ordinaria de la ABAU. «Las ciencias se me dan muy bien, y de matemáticas todo lo que tú quieras, pero no se me dan tan bien las letras y tuve un problema con Gallego, necesité recuperar, así que me presentaré a la extraordinaria. Eso supone que la media no va a ser lo alta que me gustaría para hacer Matemáticas. Ya es un poco inviable», razona.
Pero Anxo no se resigna. Su idea es aprovechar para hacer un ciclo superior de Informática o de Inteligencia Artificial. «Es un mundo que me gusta bastante y después ya podría pasar a la universidad», dice.