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Las mascotas van a la guardería y disfrutan del aire libre mientras sus dueños trabajan

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Rafael Ávila y María Mancebo pusieron en marcha en Brión el centro canino Brincan pensando el futuro laboral de su hija

30 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Que las mascotas se han convertido en un miembro más de la familia es una idea extendida y asumida ya por la sociedad. Con la idea de ofrecerles un ambiente lo más agradable posible surgió Brincan, un centro canino afincado en la aldea de Bastavaliños, en Brión, donde los perros se sienten como en casa. Inicialmente, Rafael Ávila y María Mancebo dieron el paso de crear este espacio como una oportunidad laboral para su hijaMarina Ávila Mancebo, veterinaria de profesión, adiestradora y especializada en asistencia asistida con animales. Ella planteó la opción de trabajar en terapias con niños autistas, pero explica que «tras muchos intentos para conseguir sacar adelante el proyecto, fue necesario desistir en parte de la idea, ante la falta de apoyo institucional». Ya con su hija trabajando fuera de Galicia, Rafael y María hicieron algunos cambios en el centro y tuvieron que dejar la faceta terapéutica para centrarse en aportar a los perros todos los cuidados básicos desde el punto de vista veterinario, para lo que cuentan con una veterinaria que acude varias veces por semana al centro. Otra opción que ofrece Brincan es la de educar y adiestrar a los perros para corregir conductas o conseguir que respondan a las necesidades de sus amos. «Es una pena que por ahorrar un poco de dinero se hagan atrocidades con los canes. Muchas veces, con unas pocas clases dirigidas se corrigen malas conductas y se les evitan a los perros y a sus amos muchos momentos de estrés», apunta Rafael. Una de las aportaciones de Brincan es ofrecer un cobijo temporal para las mascotas por diversas circunstancias. El centro es una guardería de canes, donde sus dueños los dejan durante unas horas o días. «Hay gente que trabaja muchas horas. Nos dejan a su mascota por la mañana, cuando van a trabajar, y la recogen por la tarde. El perro está al aire libre, corriendo y jugando; y se le dan sus comidas. No está solo», apuntan. «También hay personas que se van de vacaciones y los dejan unos días. O que tienen ingresos hospitalarios y no pueden encargarse de ellos por unos días». Brincan, subrayan sus gestores, funciona «como la guardería de los niños, y también como un hotel para estancias más largas». En octubre se cumplirán siete años desde su creación. «Queremos que nos vean como la solución a muchos problemas. Los cuidamos como si fueran nuestros. Tenemos servicio de peluquería, adiestramiento y cuidados veterinarios básicos: vacunas, desparasitación y otros». El equipo de Rafael, experto en la parte financiera, y María, bióloga y profesora universitaria, se completa con Cristián Campos y Miriam Abelleira, que son los dos educadores encargados del cuidado de las mascotas. Además, en Brincan cuentan con personal externo, entre los que están una veterinaria y un peluquero canino. Si algo tienen claro Rafael y María es que el «bienestar animal es el eje de todas las decisiones que se toman en el centro canino».