Municipios del entorno de A Coruña y Santiago ganan más población que las propias ciudades
SANTIAGO CIUDAD

Oleiros aumentó en la última década 3.339 vecinos frente a los 1.453 que creció la urbe herculina, y Ames sumó 2.793 por los 2.646 de Compostela
07 oct 2024 . Actualizado a las 21:41 h.Las áreas urbanas de A Coruña y Santiago alcanzan cifras récord de población, certificadas por el Instituto Nacional de Estadística. Las principales ciudades de la provincia han visto crecer su población en la última década, pero mayor todavía ha sido la expansión de municipios que las rodean. Es el caso en el área herculina de los ayuntamientos de Oleiros, Arteixo y Sada. Mientras A Coruña pasó de los 245.923 vecinos del 2013 a los 247.376 del 2023 (última cifra oficial de población), ganando 1.453 habitantes, el incremento fue más significativo en el limítrofe ayuntamiento de Oleiros, con 3.339 nuevos vecinos hasta llegar a los 37.809; por su parte Arteixo sumó 2.511 residentes, de 31.005 a 33.516; y Sada ganó 1.799 más (16.874 habitantes). En el entorno urbano de la ciudad también crecieron Culleredo (1.449 más, hasta 30.864 vecinos), Cambre (740, 24.739), Carral (577, 6.700) y Bergondo (213, 6.951 vecinos). Escapan a la subida generalizada de la última década Betanzos, que vio rebajado su padrón en 363 vecinos para quedarse en 13.082 y Abegondo, que perdió 80 y está en 5.584. El área urbana coruñesa registra 423.495 habitantes: son 11.638 más que los 411.857 del año 2013.
Situación similar en Santiago y los municipios de su entorno inmediato. Por vez primera supera con Ames y Teo los 150.000 vecinos por 203 personas, y el principal sumando de esa cifra son los 98.687 compostelanos. El incremento en diez años fue de 2.646 habitantes. Pero en Ames fue mayor que en la propia capital gallega, al incorporar a su padrón 2.793 nuevos habitantes y registrar 32.482 como última cifra oficial de población; por su parte, en Teo son 1.092 más en la última década y llega a los 19.034 residentes. En diez años, la suma de los tres pasó de 143.672 vecinos a 150.203, 6.531 por encima. Apuntala la tendencia, con cifras más modestas, Oroso: sus 7.622 vecinos superan en 191 a los de la década anterior. Es significativo que Ames y Oroso sean dos de los únicos tres municipios gallegos con saldo vegetativo positivo el pasado año (el tercero es Corcubión): fueron dos nacimientos más que óbitos en el municipio orosino, pero en el término amiense el balance alcanzó los 47.
La vivienda, el factor clave
El catedrático de Geografía Humana de la Universidade de Santiago (USC), Carlos Ferrás, ofrece las claves de ese comportamiento en el que el entorno del área metropolitana próximo al municipio central que la genera crece en mayor medida: «Basicamente obedece ao prezo da vivenda, xa que a relación calidade-prezo é máis atractiva nos municipios da periferia, sobre todo en vivenda nova». Une además la mejora en la movilidad y accesibilidad a través de transporte público y privado. Apunta también la flexibilidad en la ubicación física del puesto de trabajo por las nuevas tecnologías, y un cuarto factor: la proliferación de localizaciones industriales en la periferia de las ciudades, que atraen a trabajadores y a sus familias a esas zonas, enlazando de nuevo con la oferta más atractiva de vivienda en esas localidades. «Polo tanto prodúcese unha deslocalización, o que nós chamamos un proceso de suburbanización: as cidades expándense cara a súa periferia», expresa Ferrás.
El declive de la industria en el área de Ferrol, detrás de su pérdida de residentes
Si las áreas metropolitanas de A Coruña y Santiago viven un momento de expansión demográfica, en el otro extremo está Ferrol. La suma de la ciudad departamental (63.890 residentes), Narón (39.051), Fene (12.561), Mugardos (5.228) y Neda (4.910) son 125.640 personas, 9.564 menos que diez años antes. Los cinco municipios perdieron, pero en Ferrol se produjo el mayor descenso (-7.342), y la caída es grande desde sus 87.691 habitantes de 1981. Ferrás explica que este es un caso particular, con décadas de descenso demográfico «polo declive funcional da súa industria tradicional, sen haber un reemprazo tractor de actividades produtivas vinculadas á construción naval». Añade la deslocalización suburbana del Ferrol antiguo hacia Fene y Narón, un municipio que en las últimas cuatro décadas ganó 10.000 vecinos: «A avenida de Castilla é unha continuidade da cidade cara Narón: non sabes onde acaba unha e empeza a outra».
En otras cabeceras comarcales de la provincia coruñesa, situación dispar en la última década: Carballo ganó 50 habitantes (de 31.366 en el 2013 a los 31.416 del 2023), y también A Laracha creció en 168, a 11.543. Por su parte, Ribeira descendió en 781 residentes (de 27.811 a 27.030), al igual que municipios próximos como A Pobra do Caramiñal (-419, para quedarse en 9.227 vecinos) o Boiro (-160, con 18.984 como última cifra oficial de población).

Carlos Ferrás, catedrático de Geografía Humana de la USC: «O marco xurídico municipal xa non serve, necesítanse enfoques metropolitanos»
Carlos Ferrás señala que la evolución experimentada por las ciudades y su entorno precisa una evolución administrativa que no llega: «Actualmente o marco xurídico a nivel municipal xa non serve: a cidade desbórdase pola periferia e necesítanse enfoques metropolitanos, onde por exemplo hai que concibir A Coruña en relación cos municipios da súa periferia porque ao final forman parte da mesma unidade: a área metropolitana coruñesa. Santiago coñece un proceso similar respecto dos concellos do seu entorno, con núcleos de rápido crecemento como Bertamiráns e O Milladoiro en Ames, ou mesmo Oroso con Sigüeiro e Teo con Cacheiras».
Entre las funciones de las áreas metropolitanas, el catedrático de la USC señala la planificación territorial y urbanística, la prestación de servicios eficientes de movilidad en cuanto a transporte público, los servicios sociales e incluso la protección medioambiental de espacios de interés.
¿Llegará su constitución formal a corto plazo? Ferrás muestra su sorpresa por que en el estudio de la Xunta y la Fundación Juana de Vega «non se fixera alusión ás áreas metropolitanas, senón que se fala só de fusión de municipios e por vontade. Isto non ten sentido, hai que ver o mundo rural formando parte dun sistema urbano-rural. Non se conciben a cidade e os municipios urbanos sen os rurais». Añade que debe estudiarse cómo imbricar todo ello «dende unha planificación actual en relación con áreas funcionais e coas áreas metropolitanas. Hai que recuperar este concepto e poñelo en valor», bien con fórmulas de acuerdos entre municipios que pueden generar mancomunidades, bien con una figura jurídica adecuada que planifique desde servicios comunes hasta vivienda, para ser capaz de «mobilizar un mercado activo de vivenda pública, privada e de colaboración público-privada, que non se está conseguindo. Estamos anclados na inercia e necesitamos novas estruturas, novas ambicións e proxectos territoriais». Apunta ejemplos como el área metropolitana de Barcelona, que suma 36 ayuntamientos, que podrían tener su traslado adaptados a la realidad gallega.
En cuanto al comportamiento demográfico de las ciudades en los próximos años, Ferrás señala que «os estudos de comportamento demográfico que facemos na universidade poñen en evidencia que non estamos aproveitando a senda do ciclo migratorio de chegada a España na última década. Galicia e Estremadura somos as comunidades con máis baixa capacidade de atracción de poboación inmigrante».
Los problemas de vivienda lastrarán el crecimiento de las ciudades, agudizados por nuevos factores como «o problema do turismo e das vivendas turísticas, que á súa vez fan que os prezos sexan desorbitados e que a vivenda residencial practicamente desapareza». Una situación que llega a producir la deslocalización de los estudiantes en ciudades universitarias como Santiago, con vivienda muy deteriorada y a precios disparados que los lleva a la periferia, o a desplazarse desde sus localidades de residencia aprovechando medios de comunicación como el tren, que puede ser gratuito, o subvencionado, como el autobús.