La abuela María enseña al mundo cómo hacer un postre tradicional en peligro de extinción desde Teo
TEO
Esta vecina de Penelas, de 96 años, cuenta que el pandelo do Raxó se hacía solo en las fiestas
05 jun 2021 . Actualizado a las 17:32 h.Todos la conocen como la abuela María. Vive en Penelas, un lugar de la parroquia de Cacheiras (Teo) habitado por algo más de un centenar vecinos. En su frasco concentrado, de apenas metro cincuenta, habita un alma enorme. Dicen los que la rodean que «é unha muller moi querida, unha persoa moi humilde que, non tendo nada, dáo todo», siempre dispuesta a ayudar, aunque no pase ella por el mejor momento. Entre los tesoros más valiosos que posee María Barreiro Giao, está la sabiduría popular, que comparte también generosamente con aquellos a los que todavía les importa perpetuar ese patrimonio. Sus vivencias y recuerdos sobre las costumbres y tradiciones de un pasado no muy lejano son un bien cultural valioso. Su última contribución ha sido enseñar al mundo cómo se elabora un postre típico de la zona, que ya muy pocos recuerdan. Se trata del pandelo do Raxó, una receta sencilla que en su tiempo era bocatto di cardinale y solo se comía el día de la fiesta (por la Virxe das Cabezas) o en Navidad. Aunque hoy no faltan en las cocinas sus ingredientes básicos —harina, huevos y azúcar—, cuenta la abuela María que juntar antes tres huevos en casa era un esfuerzo terrible, porque había que venderlos para sacar dinero con el que salir adelante. Hoy lo difícil es encontrar a alguien que aún recuerde cómo se hace, pero ella abre las puertas de su casa y se presta a enseñar cómo hacer el pandelo y a darle la vuelta en la sartén con mucha maña en un vídeo que comparte la asociación vecinal Trinxidoiro, empeñada en rescatar la riqueza cultural y etnográfica que esconde la zona de Penelas y Tras de Eixo.
Chema Cebeiro, uno de esos espeleólogos del pasado de Teo con devoción por la abuela María, cuenta la historia de esta mujer, capaz de crear una red comunitaria a su alrededor cuando aún no había grupos de WhatsApp ni redes sociales: «O seu pai foi músico na banda de Arca e instalouse en Penelas. O home era coñecido porque tanto cortaba o pelo como operaba un vulto de graxa ou facía uns zocos. Tivo sete fillos e, a ela ensinoulle o oficio de zoqueiro, un traballo de homes, polo que foi algo así como a precursora de Elena Ferro. De feito, é coñecida como a señora María de Andrés O Zoqueiro. A partir dos 50 dedicouse á súa hortiña e hoxe, con 96 anos (fai 97 en setembro), aínda segue sachando. De nova, mandábanlle recoller landras e ilas vender a Santiago, entre outros produtos de temporada, en función da estación. Foi xornaleira e comercial nunha familia onde tanta falta facían os cartos que había que esconder os ovos para que houbera con que facer o pandelo».
Premio a la forja artística
Hasta Madrid viajó el maestro herrero compostelano Santiago Martínez Otero (Chago) para recoger el Premio de las Artes de la Construcción por su trabajo en la restauración de la catedral de Santiago. «Todos los artesanos somos patrimonio inmaterial, independientemente de los materiales a trabajar, en mi caso la forja artística. Somos perpetuadores de los grandes maestros», dijo en el Palacio de Cibeles, donde explicó que «el respeto y adoración que desde joven despertó en mí la arquitectura tradicional junto con la forja, me hizo marcarme una meta: recuperar y defender nuestro patrimonio». Tras el acto, se inauguró una exposición (Arquitectura atemporal) con una selección de obras de los premiados en cada una de las cinco categorías, así como todas las iniciativa que el filántropo norteamericano Richard H. Driehaus llevó a cabo en España. Esta muestra permanecerá abierta hasta el 3 de octubre en la planta tercera de CentroCentro, sede del ayuntamiento madrileño.
O Xardín de Julia
El conselleiro de Economía, Empresa e Innovación, Francisco Conde, y el director de director de Galicia Calidade, Alfonso Cabaleiro, participaron en la entrega de un nuevo certificado de calidad. En este caso, al complejo hotelero O Xardín de Julia, del grupo O Curro Bed&Food, que ya cuenta con dicho reconocimiento en otros dos negocios de la ciudad (el Hotel Pazo de Altamira y Curro da Parra). Ubicado en un emplazamiento tan céntrico como la rúa Virxe da Cerca, el edificio de piedra reformado se ha convertido en un alojamiento confortable que destaca por su jardín trasero, sello de identidad del hotel.