«El maizal de la granja de Trazo fue determinante para frenar el vertido»

Olimpio Pelayo Arca Camba
O. P. Arca SANTIAGO / LA VOZ

TRAZO

Sandra Alonso

La fracción líquida del purín fue el mayor problema, dice Teresa Gutiérrez

19 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Augas de Galicia recibe a diario entre 5 y 7 alertas de vertidos; en su mayoría de ciudadanos que viven en las zonas con mayor población: «Sobre todo en los cursos bajos de los ríos y en el mar. Aumenta el número de alertas porque hay más sensibilidad, pero han disminuido los vertidos contaminantes». Entre otras cuestiones porque en muchos casos tras su detección se han regularizado con una autorización que les obliga a cumplir unos parámetros. Así lo manifiesta la directora de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, que especifica que la mayoría de alertas son por redes de saneamiento y actividad agroganadera, seguidas por sector forestal y en menor proporción vertidos industriales, pero que son muy importantes.

Una de esas alertas llegaba de Trazo la pasada semana, tras verterse 200.000 litros de purín de una granja: «Al regato [Portaferreiros] le hizo un daño brutal. Si hubiera tenido vida piscícola, probablemente hubiera muerto. Fue incluso capaz de alterar las condiciones del río Tambre, que no registró mortandad de peces. Es un vertido importante. El medio no aguanta todo, el medio es sensible». Por eso Gutiérrez apunta la necesidad de corregir cuestiones para disminuir riesgos: cubrir las balsas de purín, evitar válvulas en su punto inferior, separarlas lo suficiente de los cauces e intentar rodearlas de un pequeño talud, y conservar los bosques de ribera que protegen los ríos.

En el caso de Trazo, entre la balsa de la granja y el regato se sitúa una finca de maíz: «El maizal fue determinante para frenar el vertido, hizo una función de protección». La fracción sólida del purín fue la que detuvo en buena medida la plantación, frente al purín líquido que llegó al agua, con una afección al río Tambre que obligó a paralizar el bombeo de agua potable de Santiago: «El Tambre llegó a 6 miligramos de amonio por litro el viernes 10, cuando el límite es 0,5», indica Gutiérrez; en el regato afectado por el vertido, ese indicador (que marca contaminación fecal, agrícola o industrial) estaba absolutamente disparado.

El efecto puntual del vertido fue imparable. Después, los medios dispuestos para retirar el purín más sólido incluyeron a las tres cuadrillas de conservación fluvial de Augas en la demarcación centro Tambre-Ulla: «Esta semana hemos paralizado todos los trabajos ordinarios y han ido allí». También el Concello de Trazo colaboró y ganaderos de la zona, «que aportaron material que nosotros no teníamos, como paja, y maquinaria. El ganadero afectado colaboró desde el primer momento, poniéndose a disposición de la Xunta». Toda esa ayuda, desde el minuto cero, es lo que saca Gutiérrez de positivo del caso.

Multa de hasta 300.000 euros

En un vertido como el de Trazo la sanción administrativa puede llegar a 300.000 euros. En este caso hay atenuantes como la colaboración del afectado y la ausencia de intencionalidad, bien fuese un accidente al manipular el cierre de la balsa o un sabotaje, que fue lo primero que apuntó el ganadero. Pero ya solo los costes de limpieza de la zona sumarán una fuerte suma.