Vertedero

Cristóbal Ramírez RAMÍREZ

VAL DO DUBRA

07 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay que mirar el calendario y comprobar. Sí, es el año del Señor de 2022. Hay que leer un par de libros y periódicos. Sí, desde hace unos pocos decenios la conciencia ecologista ha ido aumentando, aunque con mucha verborrea (los jóvenes siguen consumiendo a paladas, sin importar el destrozo ecológico de cambiar tanto de ropa y de zapatillas). Pero ¿vertedero? ¿En el siglo XXI? Ignoro todo sobre el vertedero que una empresa quiere instalar en Val do Dubra.

En estos tiempos de noticias falsas, donde la incultura avanza de tal manera que se da más credibilidad a un tuit o a Facebook que a un periódico serio de papel, ya hay que desconfiar hasta del alcalde de cualquier municipio, cuando la gran mayoría de los alcaldes son gente que se deja el alma por sus convecinos (que suelen ser criticones, añado). Pero lo cierto es que el gobierno local de Val do Dubra (o sea, PP y Terra Galega) ha pedido a la oposición hacer peña y tratar de que no haya un vertedero. O sea, que no se dé un paso atrás cien años. O más.

Algo debe haber, desde luego, porque los servicios técnicos del concello han informado negativamente ya que el uso previsto de ese suelo lo consideran incompatible con el tipo de suelo en el que se pretende construir, cosa que el mismo concello dice que no ha desanimado a la empresa. Con este vertedero en Val do Dubra, Casalonga en Teo y la mina de Touro que ya ha dejado al menos un río pintado de ocre, solo falta que Oroso instale una planta de mercurio y Milladoiro una celulosa. Y entonces alguien cogerá un megáfono y mirando a las torres de la catedral gritará: «¡Compostelanos! ¡No tenéis escapatoria! ¡Estáis rodeados! ¡Rendíos!». ¿De verdad que es ciencia ficción?