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La cuarta generación de una funeraria fundada hace casi ya cien años

p.p. vázquez VILAGARCÍA / LA VOZ

VAL DO DUBRA

10 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El Tanatorio Pontecesures es una iniciativa personal de Víctor Iglesias. Pero también la evolución del proyecto vital que sus bisabuelos paternos, Josefina y José, iniciaron hace casi cien años con la puesta en marcha de la Funeraria Dubra y que su abuela Flora se encargó de continuar con el espíritu emprendedor de una de esas mujeres que se llevaron por delante los usos y costumbres de épocas no tan lejanas en el tiempo. Costurera de oficio, Flora regentó un ultramarinos, condujo un taxi y continuó con el negocio de la funeraria. Hoy, con 93 años, observa con orgullo cómo esta última sigue viva tras haber pasado 42 años por las manos de su hijo Manuel, para proseguir en las de su nieto Víctor.

«As empresas grandes son cada vez máis grandes e as pequenas, se non medran, acaban desaparecendo». Atendiendo a ello, Víctor Iglesias decidió ampliar primero el negocio de la funeraria y su correduría de seguros con un primer tanatorio con el que ampliar sus servicios en la propia Val do Dubra. Diez años después, en el 2022, se atrevió a dar un segundo paso, aperturando el segundo tanatorio de la empresa en Outes. Y tras la próxima inauguración del de Cesures, planteado como «un proxecto híbrido, xa temos outro a 2-3 anos vista, enfocado a un edificio diferente». De él solo nos puede contar que «se trata de que non sexa un tanatorio tradicional, senón como estar na casa». Una filosofía en línea con el cambio de nombre de la empresa hace un par de años, cuando Víctor la renombró como Ágora, inspirado en el nombre que los ciudadanos de la antigua Grecia le daban a las plazas donde se reunían para hablar.