«A horta ecolóxica é máis eficiente en xestión de recursos que outros modelos»

Literalmente, de la huerta a la puerta de casa. Así distribuye Miguel Navarro los productos que siembra, cuida y mima en su finca ecológica de una hectárea al aire libre e invernadero de 1.500 metros cuadrados en Vedra. Su aventura empresarial comenzó hace unos ocho años, junto a su mujer Conchi do Campo, y sigue ahora en solitario, porque «ela está agora con outro proxecto». Miguel tiene una serie de clientes de Santiago y su entorno a los que lleva sus cajas de productos a sus hogares semanalmente. Y, además, comparte espacio cada martes con otros seis productores ecológicos en el mercado Lusco e Fusco de Belvís. Miguel lamenta que «dende as administracións non se termina de apoiar este tipo de produción fronte a outras industriais». Y todo ello pese a que, defiende, «somos máis eficientes en xestión de recursos e os nosos prezos son máis estables que os de outros modelos». El horticultor destaca como «ameaza máis grande as plantacións de Albariño que estanse a estender na subzona da Ulla: Teo, Vedra, Vila de Cruces, Touro. Son incompatibles, polo uso dos funxicidas, cos cultivos ecolóxicos». Señala que dedicarse a la agricultura, y más exactamente al cultivo ecológico, no es fácil y requiere de sacrificio, pero compensa: «Contribuímos a fixar poboación e ofrecemos produtos a prezos máis xustos para todos. Temo que, de seguir a expansión industrial, estamos abocados á extinción». En su caso, Miguel y Conchi aspiran a mantener lo consolidado hasta ahora y poder llevar a buen puerto la plantación de árboles frutales, en la que seguirán el modelo ecológico: «Nun ano espero ter a produción». Las personas que reciben cada semana la caja con sus productos pueden disponer de verduras y legumbres de temporada, que van variando en cada época del año. El invernadero le permite adelantar y prolongar un poco las cosechas de determinados artículos. «Os tomates son de invernadoiro, porque sen forzar o cultivo é máis doado». Aunque los más puristas consideran que los productos de invernadero no pueden competir en sabor y calidad con los del aire libre, Miguel sostiene que «se non se forzan, non hai diferenzas». Los cultivos ecológicos y el comercio de proximidad tienen respaldo «de palabra dos políticos, pero falla o apoio real» que sí ofrece la gente en general, porque «opta por eles fronte a outros: na carteira de clientes hai estudantes comprometidos coa causa e xente con máis ou menos recursos, porque non é certo que sexan máis caros que os que venden nos supermercados, ás veces están por debaixo». Miguel reivindica el apoyo a los agricultores «que cada día apostan duro por este modelo para seguir crecendo. Os novos produtores non son competencia, son compañeiros».

 

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