11 jun 2015 . Actualizado a las 20:45 h.
La memoria particular conserva momentos, olores, palabras y en mi caso hasta un pintor del barroco italiano, Caravaggio, que entró en mi vida una mañana como la que ayer vivieron 238 alumnos de la comarca, y me pintó una sonrisa. El sueño universitario estaba más cerca, se hacía más tangible, abría un mundo nuevo lleno de incógnitas. Caravaggio marcó mi selectividad y me hizo adulta de un plumazo.