La futura selectividad podría tener una parte común para todas las comunidades autónomas

La Voz REDACCIÓN

SELECTIVIDAD

Examen de selectividad en la escuela politécnica de Esteiro, en Ferrol
Examen de selectividad en la escuela politécnica de Esteiro, en Ferrol CESAR TOIMIL

La Xunta carece de información, pero ve con buenos ojos cualquier cambio hacia una prueba más homogénea

15 jun 2022 . Actualizado a las 20:49 h.

A medio camino entre la selectividad única que piden desde algunas consejerías del PP y la total diversidad que hay hoy. Parece que el Ministerio de Educación y FP quiere que la nueva selectividad —la que entrará en funcionamiento en junio del 2024 y que está muy relacionada con los nuevos currículos— sea más homogénea entre comunidades. Lo dijo la ministra de Educación, Pilar Alegría, pero no quiso aclarar en qué consistiría esa homogeneidad. ¿En una parte común para todos? Puede, solo puede. Lo que está claro por las declaraciones de la ministra es que no habrá un examen único tipo mir para toda España.

Los cálculos del ministerio son que en julio se dé a conocer la parte esencial de la futura selectividad. Tras el borrador, llegará la negociación con las comunidades autónomas y las universidades. En Galicia, la Consellería de Educación dice desconocer lo que pretende Madrid, aunque en principio en San Caetano se ve con buenos ojos cualquier intento de equilibrar los exámenes de los diferentes territorios, incluso si eso supone una prueba única, lo que iría contra los intereses de una Xunta (que tiene el 50?% del currículo en su mano).

Lo que parece lógico es que la ABAU actual, la Avaliación de Bacharelato e Acceso á Universidade (que según el territorio se puede llamar EVAU o EBAU), debe cambiar para adaptarse a los nuevos currículos de bachillerato. En septiembre, los alumnos que empiecen primero tendrán que aplicar un sistema de aprendizaje menos memorístico que aquellos que han estudiado con la Lomce y las leyes anteriores; al menos, en teoría. Porque a nadie se le oculta que el bachillerato, los dos años, son una preparación de la selectividad. Si esta exige muchos temas y por tanto mucha memoria, eso harán los alumnos; si apuesta por el razonamiento, entonces se cambiará la forma de aprender.

La selectividad nueva no puede llegar antes de junio del 2024, pero incluso así arroja grandes dudas sobre quienes inician el bachillerato este septiembre. La principal es sobre las materias optativas: ¿Lo que elija hoy servirá para la carrera que desee el alumno después? Por el momento, no hay una respuesta a esa pregunta, pero la lógica dice que para muchos de los grados las materias de preferencia no pueden ser muy distintas a las de hoy: ¿Valorará una ingeniería más la Economía de la Empresa que las Matemáticas? Difícilmente.

Prueba específica de Medicina

La nueva selectividad tal vez recupere un intento, frustrado, de sacar de en medio gran parte del ruido que ocasiona la ABAU: la carrera de Medicina. Los decanos de la materia intentaron consensuar un examen único, con una lista única, que no alterase la organización del resto de carreras. En su momento no hubo suerte. Esta por ver ahora.

Queda mucho camino todavía hasta que sepamos cómo van a acceder a los grados los alumnos que hoy se despiden de la ESO. El borrador, en julio, pasará por la CRUE (Universidades Españolas), por el Ministerio de Universidades y por las comunidades autónomas. Después, tendrá paradas en el Consejo Escolar del Estado y en el Consejo de Estado, y llegará al Consejo de Ministros en octubre o noviembre, donde se aprobará mediante un real decreto.