El examen de madurez iba a empezar a aplicarse en junio del año que viene pero la convocatoria de elecciones obliga a suspenderlo
31 may 2023 . Actualizado a las 19:04 h.La nueva selectividad no comenzará a aplicarse en junio del 2024. Era la decisión más lógica y por eso se tomó a las pocas horas del anuncio de elecciones por parte del presidente del Gobierno. La ministra de Educación y FP anunció la paralización de la aprobación del real decreto de la nueva Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU, ABAU en Galicia), cuya implantación iba a comenzar el próximo curso, y lo hizo, como explicaron fuentes del ministerio que recogió Europa Press, por «responsabilidad», al entender que es «más lógico» que lo saque adelante el nuevo Gobierno, sea el que sea.
El secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar, ha trasladado la decisión al secretario General de Universidades, José Manuel Pingarrón, y a los rectores de las universidades españolas (CRUE) durante una reunión celebrada este miércoles. Precisamente, los rectores eran los que pedían hace unas semanas que se atrasase un año el inicio de la prueba, ya que no daba tiempo a preparar los exámenes y los criterios de corrección antes de junio del 2024. En ese momento, fuentes de Educación se negaban a hacerlo mientras que desde el Ministerio de Universidades —el otro departamento implicado— había más comprensión ante la solicitud de retraso.
Lo que sí se dice desde Educación es que antes de finalizar la legislatura el ministerio dejará «completamente terminada» la tramitación del real decreto, que en estos momentos se encuentra en la oficina de calidad normativa y deberá pasar por el Consejo de Estado. Aunque la norma estará lista antes de las elecciones, no pasará por el Consejo de Ministros, por lo que el nuevo Gobierno podrá disponer de él para aprobarlo cuando tome posesión.
La nueva prueba se denominaba de madurez y pretendía ser la culminación de la forma de aprender bajo la Lomloe; por eso se preveía aplicar completamente en junio del 2028, cuando terminen segundo de bachillerato los alumnos que hoy empiezan primero de ESO y se eduquen bajo la llamada ley Celaá.
Las diferencias con la actual prueba eran grandes. Por una parte, incluía la fusión de varias asignaturas, que al final de la implantación eran cinco (en Galicia, por el gallego) en una única prueba. En ella se ofrecería diferentes textos y el alumno tendría que contestar a cuestiones de todas ellas (lengua, inglés, historia y filosofía), de ahí que se hablase más de madurez (en la relación y la reflexión) que de contenidos. Mientras tanto, lo que se iba a hacer era cambiar el tipo de preguntas y de textos de cada una de las asignaturas por separado, primero con una o dos preguntas y poco a poco todo el examen.
Una de las cuestiones más importantes desde el punto de vista organizativo es que cada examen pasaba de los 90 minutos actuales a los 105, para que diese tiempo a analizar los textos que incluía.
Con el objetivo de poner a prueba la nueva ABAU, el Ministerio realizó el pasado mes de marzo un prueba piloto en 50 centros de todas las comunidades autónomas españolas, Ceuta y Melilla, a excepción de las gobernadas por el Partido Popular y Aragón y el País Vasco. Esta prueba piloto incluía ejercicios menos memorísticos que reflejan situaciones de la vida cotidiana.
Según las guías de corrección de los exámenes piloto de la nueva prueba de acceso a la Universidad, publicadas por Educación, la nueva EBAU descontaría 0,25 puntos por cada error ortográfico y las tildes contarían como media falta, más que la penalización actual en Galicia.