Las chicas cuentan que sus padres nunca tuvieron que decirles que estudiaran
20 jun 2023 . Actualizado a las 12:16 h.Las rutinas en las familias con hijos suelen ser parecidas en todos los hogares. Ir a recoger a los niños al colegio, comer juntos en la mesa, recoger y lidiar con los pequeños para que se pongan a hacer los deberes o estudiar con tiempo para las pruebas. Pero esa no es la historia de María y Raquel Queiruga Romay, dos gemelas que este año se han lucido en la selectividad con un 13.38 y un 12,7 respectivamente.
Cuentan que en su casa el valor del esfuerzo es un pilar fundamental y que sus padres siempre se preocuparon de que tuviesen los mejores hábitos académicos, aunque las chicas siempre han sido increíblemente responsables: «Nunca tiveron que dicirnos que fósemos estudar, de feito, inciden moito en que debemos buscar tempo para os nosos pasatempos».
Con una sonrisa que denota orgullo por los resultados obtenidos en la ABAU, Raquel comparte que no existe ninguna fórmula mágica para el éxito y que todo se construye con pequeños esfuerzos en el día a día. «Este curso estudamos todos os días e unha semana antes repasábamos a materia que ía caer no exame», declara.
Estudiar durante interminables meses puede convertirse en una importante carga de trabajo y estrés para muchos alumnos, pero pasar por este trance preparándose al máximo y con la ayuda de una hermana gemela se lo ha puesto mucho más fácil a las chicas: «Cando non entendes algo ou está empezando a agoniarte, sempre podes ir xunto a túa irmá e pedirlle que che axude con algo», aclara.
El momento de abrir el Nerta — aplicación con la que ver las notas de selectividad — fue una especie de explosión para las jóvenes, que habían salido de los exámenes con la sensación de que podrían haberlo hecho mejor. María explica que no iban tan nerviosas como otros compañeros y que para ellas fue crucial el acompañamiento de los profesores, entre los que destacan la maestra de Historia Sabela Vázquez. «Sempre nos preguntaba que tal nos fora e intentaba que nos mantivésemos calmadas», señala.
Volando estereotipos
La confianza del equipo docente y el talento de estas chicas las han llevado a la cúspide de las notas en selectividad, lo que les permitirá entrar en las carreras que desean: «Queremos estudar enxeñaría biomédica e enxeñaría aeroespacial». Por la rama sanitaria irá Raquel, que busca ayudar a los demás aplicando los conocimientos técnicos sobre la salud para mejorar la calidad de vida de la gente: «Gustaríame especializarme en neuroloxía».
Su hermana María sueña con conquistar el espacio gracias a las matemáticas, pues cuenta que es una apasionada del cálculo y que le gustaría utilizarlo para la creación de todo tipo naves o estructuras que se lancen más allá de la atmósfera.
Confiesa que no descarta la idea de convertirse en astronauta y que la historia de Sara García, la primera cosmonauta para entrar en la Agencia Espacial Europea y Pablo Álvarez, otro de los seleccionados, ambos graduados en la universidad de León. «Nas carreiras técnicas adoita haber unha porcentaxe menor de mulleres e nós queremos romper con iso», explica Queiruga.
Las chicas comparten que afrontan esta nueva etapa con ilusión y que las tardes pegadas al escritorio seguirán siendo una parte importante del día a día.