El Ministerio de Educación estudia si puede aprobar la nueva selectividad pese a estar en funciones
SELECTIVIDAD

La Xunta pide que se paralice la reforma para este curso
29 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Un cuarto de millón de jóvenes comienzan a partir del 7 de septiembre (el 11 en Galicia) segundo de bachillerato y todavía no saben cómo será la EBAU del 2024, la prueba de acceso a la universidad que la mayoría harán en junio. Unos exámenes que hay que preparar desde el inicio del curso porque condicionarán su futuro académico y personal. De ellos dependerá si tienen o no la nota que necesitan para poder estudiar la carrera que desean.
Los ministerios de Educación y Universidades elaboraban desde hace un año un real decreto para cambiar la selectividad a partir del 2024 y adaptarla a los nuevos currículos y métodos de enseñanza introducidos por la Lomloe. Pero, a finales de mayo, frenaron su envío al Consejo de Ministros por la convocatoria de elecciones anticipadas. No querían atar de pies y manos con una aprobación in extremis al nuevo Ejecutivo, argumentaron, más si se tiene en cuenta que el PP rechaza su modelo y reclama un prueba única nacional.
Sin embargo, los responsables educativos creen que la situación ha cambiado y que ya no pueden esperar más para decidir qué va a ocurrir con la selectividad del 2024. La alta probabilidad de dos intentos sucesivos de investidura retrasará la conformación del Gobierno, como mínimo, a después del puente del Pilar. Esto significa que la nueva regulación de la EBAU, la que marcará el tipo de exámenes, su estructura o sus calificaciones, las directrices que condicionan cómo se imparten las clases y materias en segundo de bachillerato, no llegaría a alumnos, profesores y comisiones de evaluación al menos hasta que el curso llevase un mes y medio empezado. «Sería ya demasiado tarde», comentan fuentes gubernamentales, que apuntaban ayer que el comité de dirección de Educación se reunirá en las próximas horas y que los responsables ministeriales comunicarán una decisión definitiva sobre la prueba a autonomías y universidades entre esta semana y la próxima.
Lo primero que van a analizar es si, pese a las fuertes limitaciones de un Gobierno en funciones, el Consejo de Ministros podría aprobar ya el real decreto de reforma de la selectividad. La ley del Gobierno impide al Gabinete interino aprobar Presupuestos o proyectos de ley y le ordena limitar su gestión «al despacho ordinario de los asuntos públicos, absteniéndose de adoptar (...) cualesquiera otras medidas». Pero la prohibición de actuar tiene dos salvedades, «casos de urgencia debidamente acreditados» y «razones de interés general cuya acreditación expresa así lo justifique». Los juristas dirán ahora si en ellas encaja este real decreto.
Si no es posible la aprobación por el Gobierno en funciones quedarán abiertas todas las opciones, incluso la que la primavera pasada descartó la ministra, Pilar Alegría: la moratoria de la reforma por un año, hasta el 2025. Así lo pidieron las rectores y los responsables directos de diseñar y ejecutar las pruebas en las diecisiete autonomías, que afirmaron ya en mayo que una reforma de la EBAU con tan poco tiempo para prepararla era «inviable» y que las prisas podían perjudicar a los alumnos.
El borrador, preparado
Por contra, si los juristas ven viable la aprobación en funciones, el Consejo de Ministros podría validar el decreto pronto, pues solo falta el plácet del Consejo de Estado. El borrador de nueva regulación no introduce a corto plazo muchas diferencias con la EBAU actual. El cambio radical llegaría en junio del 2028, cuando se prevé modificar incluso la estructura de la prueba.
La Xunta pide que la selectividad mantenga el modelo anterior este año
El conselleiro de Educación, Román Rodríguez, envió ayer una carta a la ministra Pilar Alegría en la que solicita que se paralice la nueva selectividad (en Galicia ABAU) y se mantenga la modalidad actual para este curso. Rodríguez considera inadmisible que a dos semanas de iniciar el curso, el alumnado de 2.º de bachillerato no sepa cómo van a ser las pruebas, de ahí que reclame que se paralice la reforma y que la selectividad se desarrolle con el mismo modelo que en los últimos años. El conselleiro cree que la situación política de España no puede ser una excusa ni perjudicar a los estudiantes, que necesitan certezas en un curso tan importante en sus vidas.