El músico vigués publica un disco a modo de serie de televisión
17 feb 2022 . Actualizado a las 12:02 h.El confinamiento del 2020 dio tiempo a muchos artistas para que pudiesen alimentar su creatividad. En el caso de Nicolás Pastoriza, con un bagaje musical formado durante 40 años, facilitó el comienzo de un nuevo disco, que el músico vigués quiso titular Servicio de atención al cliente. Temporada 1.
—¿Por qué este título?
—Durante el confinamiento, una de las cosas que funcionaron fueron las series de televisión, y me planteé hacer un disco como si fuera una serie tipo Black Mirror, pero en Vigo durante la pandemia; todo ello jugando con mis temas habituales, ya sabes, lo municipal, lo paranormal, lo fantástico o lo costumbrista. Y un día, esperando en El Corte Inglés, en la zona de atención al cliente, me fijé en el nombre del servicio, y decidí que sería el título del disco. Le añadí lo de Temporada 1 como guiño a las series. Quiero jugar con esos nueve episodios, que son las nueve canciones.
—¿Cómo es musicalmente hablando?
—Es el disco donde yo más toco la guitarra; me metí muchísimo en ese papel. Desde que estoy en solitario, me he ocupado más de la guitarra que cuando estaba en grupos, como La Marabunta.
—¿Están presentes sus amplias influencias musicales?
—A mí me gusta poner de relieve mis influencias, naturalmente, sin llegar al plagio. Estilísticamente, quería unir un poco la música con la que yo crecí, es decir, los clásicos, pero también fijándome en aquellas bandas, que cuando era más joven no quería ver por ese recelo propio de las modas. Uno de ellos es Pink Floyd, desde sus primeros discos con Syd Barrett hasta La cara oculta de la Luna. Me hice una dieta musical durante el confinamiento con todo lo que me gusta.
—No son pocos quienes mantienen que está todo visto en el pop.
—Yo discuto con aquellos que mantienen que hoy en día no hay cosas interesantes. Lo que ocurre es que hay que buscarlas, y las hay. Por otro lado, los músicos, ya desde los noventa, no tienen tantos prejuicios como los anteriores, y se dejan influir sin autoprohibirse nada. Por ejemplo, hoy en día hay un grupo de chavales ingleses, llamado Shame, que tocan con dos guitarras, batería y bajo y hacen cosas novedosas.
—¿Le ha afectado mucho la pandemia en su ámbito musical?
—Sí, como a todos. El disco anterior fue Aliens y Cowboys. Un disco solidario con una oenegé que trabajaba en el rescate de inmigrantes en el Mediterráneo. Estaba prevista una gira, pero la pandemia se llevó todo por delante. Como también se llevó otro proyecto que me hacía mucha ilusión. Iba a ir como guitarrista en la banda de Amaro Ferreiro en la gira de Personajes secundarios.
—¿Cómo fue el proceso de grabación de su disco?
— Monté un estudio pequeñito en mi casa, pero bien comunicado con otros, como el de Luis Antelo o el del batería que toca conmigo. Con esto podíamos meter, por ejemplo, baterías, que en mi casa no sería posible. No obstante, el 85 % de este disco está hecho en mi casa. Esto me hizo mucha ilusión porque estoy viviendo ahora donde viví de pequeño; en la misma habitación donde hacía que estudiaba, grabé ahora este disco.