Los dermatólogos advierten de que los riesgos en este tipo de bronceado son los mismos que en el natural La proliferación de solarium en Galicia ha sido espectacular en los últimos años, pero a pesar de ello todavía funcionan en un vacío legal y no están sujetos a controles de tipo médico o administrativo. Esta carencia, de ámbito estatal, ha sido asumida por el Gobierno, que ha encomendado al Instituto Nacional del Consumo los estudios necesarios para elaborar una normativa sobre este sector. Además, los especialistas sanitarios derrumban tópicos sobre sus supuestos beneficios y aseguran que los peligros de este tipo de bronceado son los mismos que se corren al tomar el sol.
17 jun 2000 . Actualizado a las 07:00 h.Los distribuidores de las máquinas de solarium se cubren las espaldas argumentando que, efectivamente, la legislación vigente no impone restricciones a la venta de estos aparatos. Esto facilita que sean adquiridos no sólo por centros especializados, sino también por particulares o locales de belleza en los que las precauciones sanitarias dejan mucho que desear. Actualmente, es obligatorio que los aparatos cumplan unas determinadas normas para ser homologados y poder ponerse en el mercado. Pero sólo antes de venderse. Luego, ancha es Castilla. Un ejemplo: los tubos de rayos UVA deben ser cambiados periódicamente, pues rebasado su tiempo de vida útil comienzan a emitir un mayor porcentaje de rayos UVB _que son más nocivos para la salud que los primeros_; y sin embargo, ningún organismo controla que en los centros de bronceado se siga esta normas de seguridad y se informe correctamente al público. Es cada establecimiento el que se encarga de hacerlo, en el mejor de los casos. Los dermatólogos recomiendan también que, antes de someterse a la radiación de este aparato, sería necesario el asesoramiento de especialistas para que, según el tipo de piel de cada persona, se determine el tiempo adecuado para las sesiones de rayos UVA. Lo más indicado, afirman, es que la dosis inicial sea más corta, para luego subir. Situaciones de riesgo Los médicos también piden que se alerte contra determinadas situaciones que en los que el solarium puede hacer verdadero daño. Son los casos de embarazo; tener una piel muy blanca, con muchos lunares o pecas; registrarse casos de cáncer de piel en los parientes próximos, o estar tomando medicamentos que aumentan la sensibilidad cutánea. Todo este vacío legal que amenzaza a la salud de los usuarios es conocido en el Instituto Nacional de Consumo, donde se están realizando estudios que permitan al Gobierno aprobar una norma. El proyecto se encuentra todavía en fase de estudio y está recibiendo observaciones de la Unión Europea. Aunque se desconoce su contenido exacto, estará encaminado a exigir un uso adecuado de los aparatos, dirigido por profesionales, y una detallada información al usuario. Los médicos, mientras llega esa nueva ley, advierten: la radiación de los aparatos bronceadores es tan dañina para la salud como la del sol. No por meterse en un nicho mecánico está la piel más protegida que a la intemperie, y las precauciones que se toman para cuidar el cuerpo deben ser por lo menos las mismas.