Los ladrones pretendían robar diamantes valorados en 94.000 millones de pesetas tras irrumpir con una excavadora en el Millenium Dome Ian Fleming, creador de James Bond, podía haber firmado, de seguir vivo, los planes del mayor robo de la historia, el que pretendía realizar ayer una banda con la ayuda de una excavadora, una lancha fueraborda, un vehículo, botes de humo, almádenas, clavadores hidráulicos y pistolas. El objetivo de los atracadores era la colección De Beers, valorada en 94.000 millones de pesetas y que se muestra en la Cúpula del Milenio, en Londres. Entre las joyas se encuentra uno de los mayores diamantes del mundo, de 203 quilates. Tras una espectacular operación policial, y como ocurre en las películas de Bond, esta vez los malos tampoco ganaron.
08 nov 2000 . Actualizado a las 06:00 h.La Cúpula del Milenio se promociona prometiendo un día de emociones para los visitantes. Ayer se cumplió la promesa. A las 9.40 horas, todo discurría con la tediosa normalidad de siempre. Los guardas aliviaban el frío refugiando sus manos en los bolsillos y los primeros visitantes llegaban. En el interior había ya 64, cuando se indicó a los guardas que no dejaran pasar a un grupo de 140 escolares de Devon. Algo iba a suceder. En ese momento, cuatro individuos montados en una excavadora robada arremetieron contra la valla que rodea el perímetro de la zona de la Dome, en el este de Londres, a orillas del río Támesis. Sobre la excavadora, los cuatro individudos con máscaras de gas, buzos y chalecos antibalas derribaron las puertas de cristal de la entrada número 7 de la Dome. Uno se quedó fuera y el resto se dirigió hacia la Money Zone. Allí se encuentran, en una vitrina reforzada, los doce diamantes de la colección De Beers, entre ellos, uno de los diamantes más puros del mundo, la Estrella del Milenio, de 203 quilates. En total, un botín de 94.000 millones de pesetas. Copias en vidrio Los ladrones lanzaron dos botes de humo y, con almádenas y clavadores hidráulicos, comenzaron a golpear la cámara donde pensaban que estaban expuestas las piedras. Pero no sabían que lo que estaban pretendiendo robar eran copias en vidrio sin ningún valor. La policía se había adelantado y el lunes había cambiado los diamantes por otros falsos. Después de más de tres meses tras la pista, la policía metropolitana recibió un soplo del día del robo. Más de cien agentes fueron movilizados en la operación, muchos disfrazados de limpiadores de la Cúpula. Cuando los ladrones se abalanzaron contra la cámara fueron rodeados por agentes que les apuntaban con unas pistolas que llevaban guardadas en bolsas de basura negras. Otros agentes detuvieron al individuo de la puerta y a otro que esperaba en una fueraborda con el motor en marcha en el Millenium Pier, un pequeño atracadero al lado de la Cúpula. Este les conduciría hasta la orilla norte del río, donde esperaba otro compinche en un vehículo para darse a la fuga. Además de estos seis detenidos, la policía arrestó a otras cinco personas, todas ellas en el condado de Kent. Según el superintendente John Shatford, "esperamos hasta el último minuto, pues dentro de la cámara los tendríamos atrapados". Scotland Yard confirmó que, de haber culminado con éxito, el robo hubiera sido el mayor de la historia, pero no quiso aclarar si uno de los ladrones era un agente infiltrado, y el que dió el soplo. La policía británica indicó que se permitió la entrada de público en la Cúpula para evitar las sospechas de los ladrones, aunque su seguridad nunca estuvo en peligro.