El debilitamiento de la capa se mantiene en los alarmantes niveles del 2000 y no muestra un inicio de recuperación El tamaño del agujero de la capa de ozono se mantiene en los alarmantes niveles del pasado año, cuando se alcanzó un récord negativo de 30 millones de kilómetros cuadrados.
17 oct 2001 . Actualizado a las 07:00 h.Los datos de los satélites de la NASA cifran en unos 26 millones la extensión máxima durante este año. Para contrarrestar un optimismo inicial, científicos neozelandeses advierten de que, en su variación estacional, este año el agujero está tardando más en cerrarse y podría mantenerse hasta diciembre. Los científicos coinciden en que aún no hay signos de recuperación de la capa y estudian aumentar la lista de sustancias dañinas para ella. Los niveles de ozono sobre la Antártida no recuperarán sus niveles normales hasta mediados de siglo, si se mantiene la tendencia actual. Así lo afirman los científicos del Instituto Nacional del Agua e Investigación Atmosférica de Nueva Zelanda (Niwa), que señalan que, a pesar de que las medidas tomadas para evitar la destrucción de la capa de ozono empiezan a tener efecto, la reducción de 4 millones de kilómetros cuadrados en el agujero no invita aún al optimismo. Al contrario, las conclusiones de los investigadores neozelandeses resaltan que el agujero llegó en septiembre a una extensión máxima igual a la de toda Norteamérica, y que está decreciendo más lentamente que el pasado año. En el 2000 se registraron los peores resultados desde que en los años ochenta comenzó a medirse la concentración de ozono. Desde entonces, se ha observado que cada otoño (primavera en el hemisferio sur), el agujero de la capa de ozono se abre y se cierra sobre la Antártida, alcanzando su máximo anual. Este fenómeno, relacionado con el tiempo y la presencia de contaminantes alrededor del Polo Sur, es diferente cada año y, según los científicos del Niwa, la dinámica de los vientos antárticos hace pensar que este año el agujero durará incluso hasta diciembre. Tamaño y duración De hecho, la primera semana de octubre ha registrado los niveles más bajos de ozono desde 1993. Y a estas alturas, el agujero del pasado año -el mayor medido nunca- ya era apreciablemente menor. Éste hecho dispara la preocupación, pues la gravedad del adelgazamiento de la capa de ozono depende mucho de su duración. Hasta ahora, la marca negativa en este aspecto la tiene el año 1988, cuando el hueco superó el área de EE UU (10 millones de kilómetros cuadrados) durante cien días.