EE UU baraja autorizar el pago por los órganos de fallecidos para trasplantes

La Voz

SOCIEDAD

La principal asociación de facultativos incentivará a los familiares para compensar la falta de donaciones Es un problema de oferta y demanda. Al menos, a los ojos del portavoz de la Asociación Americana de Hospitales, Rick Wade: «hay muchos pacientes necesitados de algún órgano para vivir y hay escasez de donantes», dice. La película «John Q», estrenada ayer en Estados Unidos, ha puesto el conflicto sobre el tapete. Para algunos la solución pasa por comercializar un mercado hasta ahora sin ánimo de lucro. Por eso se ha planteado ante la Administración Bush, permitir que se pague por los órganos.

15 feb 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

JAIME MEILÁN NUEVA YORK. Corresponsal Los estadounidenses que asistan este fin de semana a las salas de cine podrán angustiarse con la última peripecia fílmica de Denzel Washington. Su hijo necesita un trasplante de corazón. La aseguradora se lo niega. Y el actor decide tomar a punta de pistola un hospital para conseguir la justicia médica que se le niega. La película cuestiona la bondad de los seguros privados. Además incide en el espinoso tema de los trasplantes. La vigencia de la controversia made in Hollywood se ha visto alimentada por una noticia publicada un día antes por el periódico económico The Wall Street Journal. El rotativo informó el jueves que tanto la comunidad médica como el Gobierno flirtean con la posible autorización del pago a las familias de los fallecidos que donen sus órganos en los hospitales. La principal organización de galenos estadounidenses, la Asociación Médica Americana (AMA), tiene previsto someter a votación en junio una propuesta sobre la cuestión. Se trata de un plan piloto, en el que trabaja su Consejo de Asuntos Éticos y Judiciales, para analizar los posibles incentivos a las donaciones. Entre ellos, que se permita pagar por las de órganos procedentes de cadáveres, aunque también se barajan otras opciones. Un comité de los Servicios de Salud y Humanos de EE UU, el equivalente al Ministerio de Sanidad, también estudia en la actualidad si recomendar la venta de órganos. En uno y otro caso, el argumento es que estimulará la oferta. La comercialización de órganos fue prohibida por el Congreso en 1984. En estos momentos más de 79.000 estadounidenses están en la lista de espera para obtener un trasplante.