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La momia de Machu Picchu

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés REDACCIÓN

SOCIEDAD

Encuentran el mayor enterramiento desde que fueron descubiertas las ruinas de la ciudad inca de Vitcos, hace un siglo

15 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace 90 años, a 2.500 metros de altitud, al borde de la selva y a 130 kilómetros al norte de Cuzco, el aventurero norteamericano Hiram Bingham se encontró con Vitcos. Las ruinas de la ciudad en la que los últimos aristócratas incas resistieron ante el imparable avance de los conquistadores españoles fueron bautizadas con el nombre de Machu Picchu. Bingham descubrió 172 tumbas -el 80% de los restos humanos eran de mujeres- y los fastuosos restos de una civilización que agonizó y sucumbió a finales del siglo XV. Al complejo arqueológico de 32.000 hectáreas que cada año visitan más de quinientos mil turistas acaba de sumarse un nuevo atractivo. Arqueólogos peruanos descubrieron la pasada semana el más importante enterramiento desde que Bingham se encontró con la última ciudad inca. En los 90 años que han transcurrido desde entonces, los investigadores sólo habían localizado huesos sueltos y restos sin demasiada importancia. «El último descubrimiento es muy significativo por los objetos funerarios que rodean los restos humanos», declaró a Reuters Fernando Astete, administrador de las ruinas de Machu Picchu. Entre los objetos, destacan cacerolas de piedra, piezas de arcilla, así como alfileres de bronce, un espejo y varios broches, elementos que hacen suponer a los arqueólogos que el cuerpo corresponde al de una mujer, aunque este extremo será confirmado mediante análisis posteriores. La tumba fue localizada en un sector de las ruinas que los incas utilizaban como mirador. Los arqueólogos llevaban investigando en la zona desde hacía meses, hasta que dieron con la tumba, a 80 centímetros de la superficie. El hallazgo ha servido para alimentar las teorías que sostienen que la mayor parte de los secretos de Machu Picchu están por descubrir. «Hay muchas zonas que todavía no han sido investigadas», destacó Astete. De hecho, el pasado mes de junio otro grupo de investigadores localizaron una nueva terraza, canales de conducción de agua y varios muros dentro de un complejo al que la presión del turismo también está perjudicando, como ha advertido la Unesco, que declaró la zona Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 1983.