Yo no tengo hijos, ni grandes cargas más allá de presentarme cada día ante ustedes para contarles mi impresión sobre algunos asuntos de actualidad. Pero sé muy bien de qué va la copla. Tanto que en esta foto he visto una clarísima alegoría de la mujer de hoy. La mujer que debe estar suficientemente preparada para competir en un mercado laboral al que siempre llega en desventaja; la mujer que debe seguir asumiendo su rol de madre y esposa y que recibe siempre (no lo digo yo, lo dicen todas las estadísticas) una flaca ayuda de su compañero que, por alguna razón, siempre se siente más cansado que ella cuando finaliza la jornada laboral de ambos; la mujer que no puede renunciar nunca a mantener un aspecto impecable frente a la sociedad aunque eso la obligue a restar horas de su ocio para soportar el suplicio de la depilación o la tiranía de las dietas; la mujer a la que, en definitiva, le faltan manos, piernas y tiempo para cumplir con todo lo que le piden. Así veo yo a algunas de mis amigas, como esta artista del circo chino que tiene que apoyarse en el abdomen para mantener encendidas todas las velas que dependen de ella. Espero que me disculpen esta vena reivindicativa que me ha entrado, pero es lo que me sugiere la fotografía. Sólo deseo que a mí, en el futuro, me quede alguna extremidad libre para escuchar un disco o para lo que me venga en gana, que también nos lo merecemos. Isabel Pantoja y el tráfico de niños Seguro que muchos de ustedes ya han oído hablar de que la hija que Isabel Pantoja adoptó en Perú llegó a España después de que la tonadillera tuviera que pagar fuertes sumas de dinero para acelerar los trámites. Bueno, pues el presidente del Tribunal Constitucional de Perú, acaba de confirmar que aquel dinero fue para Vladimiro Montesinos, el siniestro asesor de Fujimori que, entre otros negocios inconfesables, dirigía una red de tráfico de menores del que participó la Pantoja. Ya saben que la cantante nunca ha negado los pagos y que no es un tema del que le guste hablar, pero en Perú, el escándalo es considerable después de las declaraciones del juez. Y la investigación no ha hecho más que empezar, así que habrá tema para rato, aunque a Isabel no le guste y para desgracia de la niña.