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El juicio del «caso Ardystil» arranca once años después de la primera muerte

La Voz M. C. S. | ALICANTE

SOCIEDAD

El fiscal sienta en el banquillo a diez empresarios del sector de la aerografía textil alicantino Una afección respiratoria causó la muerte de seis personas y lesiones a otros 67 trabajadores

02 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

La sección tercera de la Audiencia Provincial de Alicante está preparada para iniciar mañana el juicio sobre lo que se ha dado en llamar el «síndrome de Ardystil», una afección respiratoria que causó la muerte de seis personas y causó lesiones graves a otros 67 trabajadores de empresas alicantinas del sector de la aerografía textil. El proceso arranca precisamente en vísperas de que se cumplan once años de que la enfermedad se cobrase su primera víctima: el 15 de febrero de 1992. Según confirmaron fuentes judiciales, la duración aproximada del juicio será de dos meses y medio y se celebrarán vistas matinales de martes a jueves. En el sumario participarán veinte abogados defensores, siete de las acusaciones particulares, 107 testigos y 18 peritos. El fiscal acusa a diez responsables de diversas empresas de aerografía textil de la comarca L'Alcoiá-El Comtat de causar la muerte por imprudencia de seis empleados y la enfermedad pulmonar de otros 67. En sus conclusiones provisionales, el fiscal encargado del caso, Ricard Cabedo, pide para los acusados penas del Código Penal de 1973 -más favorable para ellos que el vigente- que oscilan entre un año de prisión menor y seis años y un día de prisión mayor. Responsabilidad subsidaria El ministerio público considera responsables civiles subsidiarios a cuatro empresas textiles, tres industrias químicas que fabricaban los productos empleados por las anteriores, cinco compañías aseguradoras, la Generalitat Valenciana y el Estado, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV). De acuerdo con el fiscal, los procesados no tenían en sus empresas, situadas en Alcoy, Muro de Alcoy y Cocentaina, un sistema de ventilación forzada sobre las mesas de trabajo. Tampoco hacían cumplir, «o simplemente no existían» el uso de las mascarillas para proteger las vías respiratorias de los trabajadores, no renovaban los filtros de la maquinaria y utilizaban estufas de leña o gasóleo para el secado de las piezas de tela sobre las que se aplicaba la impresión. Mezcla de productos Los trabajadores afectados contrajeron fibrosis pulmonar y bronquitis obliterante con neumonía organizada (BONO), entre otras patologías del sistema respiratorio, a consecuencia de la mezcla de los distintos productos químicos que empleaban para pulverizar los tejidos mediante pistolas. Según la acusación pública, esas condiciones laborales y esa mezcla de productos, «cuya peligrosidad no era advertida por los fabricantes, liberaban en el ambiente triclotoetano, decano y xileno, que por la vía respiratoria afectaban seriamente a los pulmones». Fuentes de la comisión de afectados por el denominado síndrome de Ardystil expusieron que este caso se hubiera podido evitar si el control de la Administración sobre las industrias de aerografía textil hubiera sido más efectivo. Economía sumergida Asimismo, fuentes del colectivo de afectados advirtieron del «peligro que supone para la salud la existencia de economía sumergida», dado que estas empresas, que operan al margen de la legalidad, incumplen frecuentemente todas las normativas sobre seguridad laboral vigentes.