La investigación para desenmascarar al informante del «Washington Post» duró cuatro años El famoso «Garganta profunda» era, según el estudio, un asesor de Nixon llamado Fred Fielding
24 abr 2003 . Actualizado a las 07:00 h.Los amantes de los misterios sin resolver ya pueden tachar uno de la lista. Tal vez uno de los más comentados en los últimos 30 años: la identidad de Garganta profunda , el informante que provocó la aparatosa caída de Richard Nixon en 1974, tras las revelaciones del Washington Post . Durante décadas, el escándalo Watergate ha sido un ejemplo del poder de la prensa, capaz de tumbar a un presidente de los Estados Unidos. Los periodistas Carl Bernstein y Bob Woodward desvelaron una trama de espionaje al Partido Demócrata que acabó con la dimisión de Nixon. La fuente que generó la investigación y el escándalo posterior era Garganta profunda. Tras ese sobrenombre se escondía un señor X que los periodistas nunca han querido desvelar pero que, desde ayer, tiene nombres y apellidos: Fred Fielding, un consejero asistente de John Dean que era a su vez el principal consejero de Richard Nixon. La revelación no ha partido de ninguno de los periodistas del Post que encarnaron para el cine Robert Redford y Dustin Hoffman. Ha sido un grupo de estudiantes de periodismo de la Universidad de Illinois quienes han llegado a esta conclusión, que ninguno de los implicados ha querido comentar. ¿Cómo lo han sabido ahora estos jóvenes estudiantes después de que reputados investigadores fracasaran a la hora de desvelar uno de los más morbosos misterios políticos en la historia de los Estados Unidos? Pues cotejando unas 16.000 páginas de documentos, la mayor parte de ellos provenientes de los archivos del FBI. Según la investigación, Fielding era uno de los pocos miembros del equipo de Nixon que estaba en disposición de conocer el operativo de espionaje en las oficinas del Partido Demócrata sin que se le pudiera acusar de participar en la conspiración. Además, según los estudiantes, conocía al menos seis hechos específicos muy secretos que Garganta profunda comunicó a los periodistas del Post.