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«Matrix» o cómo confundir la ficción con la vida real

La Voz J. F. | REDACCIÓN

SOCIEDAD

Los responsables de tres casos de asesinato en Estados Unidos justificaron sus acciones con el argumento de que creían ser protagonistas de la popular película de ciencia ficción

20 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Borrar los límites entre ficción y realidad ha dado excelentes resultados en películas y libros pero no tan buenos en la vida real. El último ejemplo es la saga de cine fantástico iniciada en 1999 por Matrix y que continúa con el estreno este viernes de su secuela. La historia futurista basa todo su argumento en el hecho de que los humanos viven en un mundo real que no lo es, ya que se trata de una simulación informática, conocida como Matrix. Algunos espectadores de Matrix se han obsesionado de tal forma con la película que han tenido dificultades para distinguir lo que es real y lo que no en sus propias vidas. En Estados Unidos, Josh Cooke, 19 años, residente en Oakton, estado de Virginia, mató a su padre y a su madre en febrero. Él mismo avisó a la policía. Le encontraron con un abrigo idéntico al que Keanu Reeves, el actor que encarna a Neo en Matrix , luce en la película. Neo también observaba a Josh desde un póster en su dormitorio, y el chico decidió comprarse un arma para luchar contra el mal. Los abogados sostienen que el detenido les confesó que vivía dentro de Matrix. Succionado En abril del 2000, Vadim Mieseges, 27 años, asesinó y desmembró a su casera en San Francisco. Mieseges confesó al policía que lo interrogó que creía haber sido succionado por Matrix. En Ohio, Tonda Lynn Ansley, 37 años, disparó hasta matar, a plena luz del día, a una profesora universitaria. En este caso, la relación con Matrix es más sutil: «Empecé a tener sueños que después descubrí que no eran sueños de verdad». Neo, el personaje de Reeves, cree que su relación con la realidad virtual de Matrix y los resistentes que luchan contra ella es producto de una pesadilla. «Te duermes por la noche, te drogan y te llevan por ahí y te traen y cuando despiertas crees que todo ha sido un mal sueño», confesó Ansley. Estos casos de violencia relacionada con la película traen ecos de casos anteriores como el del asesinato de James Bulger a manos de dos menores que se declararon bajo la influencia del muñeco diabólico Chucky. Con Matrix de nuevo de actualidad, psicólogos e investigadores han vuelto a preguntarse qué grado de influencia puede tener una película en estos casos. «No creo que la película origine violencia», fue la opinión de Robert Horan, el fiscal que llevó el caso de Josh Cooke. «Millones de personas la han visto y no por ello han asesinado». Otros especialistas añaden que es muy difícil que una película sea la principal inspiración a la hora de perpetrar un asesinato, aunque algunos advierten de que la exposición prolongada a espectáculos violentos a la larga es perjudicial. Daphne White, la presidenta de una asociación que pretende erradicar estos contenidos de los medios de comunicación, fue consultada por The Washington Post a raíz de los crímenes relacionados con Matrix : «Aunque Matrix no incite a cometer un asesinato, sí puede hacerlo la acumulación de todas esas imágenes violentas que les suministramos desde que son bebés». Inestables Otro punto de vista es el de Joanne Cantor, una analista que defiende que el impacto de una película afectaría sólo a personas con inestabilidades psíquicas. Cantor también es consciente de que muchos desequilibrados citan como atenuante la influencia del cine cuando son detenidos. Warner, la responsable de Matrix , ya ha emitido un comunicado en el que sostiene que no hay ninguna relación entre su película y los asesinatos. Sigue sin respuesta la pregunta que ya formuló Cervantes hace muchos siglos al convertir en protagonista de una genial historia a un hombre que decidió imitar a los héroes de los cientos de novelas de caballería que había devorado. ¿Fue la locura culpa de Don Quijote o fue de los libros?