Sueños de cera y de látex

Alba Díaz-Pachín | alba.diaz@lavoz.es

SOCIEDAD

21 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

No puedo saber cuántos, pero me imagino que un taco de lectores se transmutarían sin pensarlo en el individuo de la foto. Aunque también estoy segura que muchos de ellos (no todos) cambiarían de idea al saber de que la Jennifer López acosada por la retaguardia no es de carne y hueso, sino de cera. Es la nueva atracción del celebérrimo museo de Madame Tussaud, que también tiene su réplica en Nueva York. La reproducción es de una fidelidad extraordinaria y, por si fuera poco, incluye un sistema que hace que la réplica de Jennifer López se sonroje cuando se le susurra al oído, aunque no sé yo si la famosa actriz será tan fácil de ruborizar en su versión real. Al que seguro que no le va a hacer ninguna gracia esta idea es a Ben Affleck que hoy verá en los periódicos de todo el mundo cómo el trasero de su amada queda a disposición de cualquier cliente del museo. Siempre podrá consolarse con que el verdadero es sólo para él (y para quien decida su sensual compañera). Otra que provocó un buen número ayer fue Elle McPherson , que apareció desnuda en el escaparate de un centro comercial londinense. El mismo que hace unos días reprodujo el nacimiento de Venus contando con Jerry Hall y que ya pudimos ver en esta página. Bueno, y ahora voy rebajando el morbillo, porque en realidad, un cristal translúcido impedía observar las partes de la top model que más interesaban al nutrido público que se agolpó frente al escaparate y que hizo necesaria la presencia policial para mantener el tráfico. Lo que si pudieron ver los curiosos fue como el latex caía por las larguísimas piernas de Elle, producto de la intención de varios escultores para conseguir un molde de la modelo australiana, que servirá para recaudar fondos que irán a una organización benéfica. En el fondo siempre hay una buena causa. Empezaron con una circular pidiendo a las alumnas que no se vistieran de forma que se les viera el ombligo. Ante el escaso eco, la dirección del instituto de Rimini, en Italia, decidió prohibirlo directamente. ¿Por qué? Pues porque va contra el decoro. O eso les parece a las cabezas pensantes del instituto. Así que las estudiantes de Rimini serán un poco distintas a las del resto del país. Ya ven ustedes como están las cosas. Por ahí empezaron en Afganistán, y acabaron con el burka. Tal vez recuerden la historia que les conté el otro día sobre una estudiante peruana que estaba dispuesta a vender su virginidad a cambio de un mínimo de mil euros para mantener sus estudios en Chile. Aunque recibió muchas ofertas, también muchos consejos pidiéndole que reconsiderara su postura. Así que, finalmente, no habrá subasta y Sandy, que así se llama esta estudiante, podrá disponer de su virginidad para actividades menos mercantiles que la que tenía prevista. Ojalá que la disfrute.