Finalmente, Esther Koplowitz , una de las mujeres más ricas del mundo y Fernando Falcó , se casaron. Estaba cantado porque, si una se movía en los ambientes adecuados, incluso podía encontrarse a la pareja haciéndose carantoñas en restaurantes de esos en los que la factura es de tres dígitos por cabeza. No sé que les parecerá la foto, pero tienen que conformarse porque sólo hay una, la que ha distribuido la pareja a través de una agencia de comunicación. No se sabe ni cuándo ni cómo fue. Sólo que ocurrió y ahí está la imagen para probarlo. No quiero ser demasiado mala, pero yo diría que los pómulos de la novia brillan demasiado. ¿Pasó por el quirófano antes de la boda? Decidan ustedes. La verdad es que Esther y Fernando ya se conocían desde hace mucho tiempo. Voy a intentar contárselo, pero no me critiquen si les resulta difícil. Fernando Falcó estuvo casado con Marta Chavarri , que se separó de él para iniciar una relación con Alberto Cortina , que entonces era esposo de Alicia Koplowitz , es decir, cuñado de Esther , que a su vez estaba casada con Alberto Alcocer , primo de Alberto Cortina. ¿Lo han asimilado? Les recomiendo que cojan papel y boli y se hagan un esquema mientras vuelven a leer la explicación. En cualquier caso, todos ellos son ricos, aristócratas y llevan un rollito muy endogámico. Fernando Falcó, quien en su juventud se dejó ver con mujeres de la talla de Ava Gardner o la princesa Soraya , es marqués de Cubas. Y Esther Koplowitz, a quien se le atribuye una fortuna por encima de los 1.200 millones de euros, es accionista mayoritaria de Fomento de Construcciones y Contratas y marquesa de Casa Peñalver y de Cárdenas de Monte Hermosa. Ya ven. Que les ha dado por tener una boda íntima porque, de haberlo querido, hubieran podido contratar a Beckham y a su mujer para que bailaran los pajaritos en bikini durante el banquete. Otra boda Si esta boda fue discreta, la que les voy a contar ahora fue totalmente insólita. Diane Zamora, de 22 años y Steven Mora, de 27, se casaron a doscientos kilómetros de distancia. No se han visto nunca en persona y no podrán disfrutar de su luna de miel hasta el año 2036. Será entonces cuando Diane, condenada por el asesinato de una niña de 16 años, podrá salir en libertad bajo fianza. A su marido, Steven le quedan sólo unos meses. Está condenado por amenazar a un testigo que declaró contra él. Ya ven ustedes que diferentes son las circunstancias de estas dos bodas. ¿Creen que a ambas parejas les une el mismo amor? Yo creo que sí. Para cerrar, una historia de tenacidad. Ella vive en Lérida y se quedó sin trabajo y con tres nóminas y un mes de vacaciones por cobrar. El juzgado le dio la razón, pero su ex jefe desapareció. Al funcionario del juzgado le dijeron que había muerto y así quedó para las diligencias, pero no para la empleada. Durante un año, estuvo indagando hasta que lo localizó en Zaragoza. Así que, al fin, tiene la citación judicial. Ahora sólo falta que pague lo que debe, que su empleada ya lo merecía antes, pero ahora mucho más.