La moda gallega se apunta a un clasicismo de vanguardia

Mercedes Escauriaza PONTEVEDRA

SOCIEDAD

Pontus Veteris, la única pasarela de Galicia, muestra las últimas creaciones entre aires marineros Los diseñadores Florentino, Charoa, Montoto y Toypes siguen fieles a la cita pontevedresa.

15 sep 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Pontus Veteris no le da la espalda al mar. Todo lo contrario. La pasarela de moda rememoró los viejos peiraos pontevedreses, para exhibir las creaciones de los lalinenses Florentino, Montoto y Toypes, y de la coruñesa Charoa. Las cuatro firmas gallegas siguen fieles a su cita con la iniciativa que promueve la Cámara de Comercio de Pontevedra y que se mantiene en su decimosegunda edición como única muestra doméstica de un sector pujante en el mundo entero. Las creaciones de Florentino fueron las primeras en salir a escena envueltas en una música que potencia ese antagonismo de vanguardia clásica o clasicismo de vanguardia (tanto monta) que interpretan los modistos participantes de cara a la primavera-verano del 2004. El lalinense remarca ese clasicismo en su sastrería y en los trajes de ceremonia, en los que se define la continuidad, en cuanto a formas y tejidos, de una marca en plena expansión. En lino 100% y en algodón, en sus trajes predominan las rayas diplomáticas, los tonos beiges y negros y las chaquetas de dos o tres botones. Su sport se viste de vanguardia. Es en él donde utiliza tejidos tratados con rasqueta -un recubrimiento que los decolora-, dándoles un aspecto gastado que les confiere un aire actual y desenfadado. Un detalle: el próximo verano los pantalones piratas no serán exclusivamente femeninos. Florentino los recupera para sus iniciales portadores. Adorno de la desnudez Charoa gustó a un público entre el que se encontraba, entre otros muchos invitados, el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, la gaiteira Cristina Pato y el gobernador del estado brasileño de Paraiba, Cássio Rodrígues da Cunha Lima, de visita institucional en la ciudad. Si la moda del próximo verano es un adorno de la desnudez, como la definió Manuel Fernández -escenógrafo de Pontus Veteris-, Charoa buscó a la naturaleza como complemento, presentando a una mujer equilibrada y natural. Esculturales modelos, entre ellas Anne Igartiburu, pasearon como nadie sus sedas impresionistas en alegres turquesas y rosa. Montoto también se apuntó a la feminidad, pero potenciando las mezclas. Su línea desabillé potencia la picardía, con encajes y prendas lenceras y hace suyo el lema «más vale muerta que sencilla». Trata el punto como si fuera la más suave de las telas, envolviendo y realzando las siluetas femeninas. Toypes, recién llegado de Gaudí, se inspiró en el art decó y en la cultura hindú para presentar unas atrevidas pero elegantes combinaciones: trufa y amarillo o rosa y caoba. Los linos rústicos para el sport; algodones satinados y viscosas para su línea urbana, y organzas, brocados para una noche inolvidable.