Evitará la contaminación bacteriana del satélite La nave, que costó 1.500 millones de euros, ha cumplido una misión histórica
21 sep 2003 . Actualizado a las 07:00 h.?erá un suicidio de vértigo. A 175.000 kilómetros por hora, la sonda Galileo se convertirá esta noche en el primer mártir de la historia espacial, ya que su muerte es necesaria para salvar la luna Europa , un satélite que quizás en el futuro pueda albergar vida terrestre. En apenas unos minutos, el ingenio, cuya misión ha costado a la NASA 1.500 millones de euros, se desintegrará en la atmósfera de Júpiter hasta convertirse en polvo cósmico. morirá de éxito. Lanzada en 1989 por el Atlantis , en 1995 inició la exploración de Júpiter en una de las misiones más fructíferas de la investigación espacial. La sonda detectó la enorme actividad vulcánica de la luna joviana Io, pero, sobre todo, detectó océanos subterráneos de agua helada en Ganímedes, Callisto y Europa. Éste último satélite es la gran esperanza de los científicos y es la razón del sacrificio de Galileo, un sacrificio en el que también tiene parte de culpa la falta de previsión de la NASA. El objetivo inicial de la agencia espacial era que la sonda, que ha recorrido 4.600 millones de kilómetros, siguiese observando Júpiter hasta finalizar su combustible. Pero ante esta circunstancia, que se ha hecho efectiva ahora, advirtió que la sonda, sin control, podría correr el riesgo de ser arrastrada por la fuerza de la gravedad y caer, o al menos alguno de sus restos, en Europa, a la que contaminaría con bacterias terrestres. Desinfección Habitualmente, la NASA somete a sus sondas a un proceso de desinfección de bacterias para evitar sucesos como éste, pero en el caso de Galileo no lo hizo porque había limitado su misión a la observación de Júpiter. Éste era el plan, hasta que el descubrimiento de un enorme océano helado en Europa hizo concebir a los científicos esperanzas de poder encontrar grandes reservas de agua líquida en el planeta, el requisito esencial para la vida. Estas esperanzas son, ahora, una firme convicción. De ahí que la NASA haya empezado a preparar una misión específica a Europa, a la que quiere preservar de cualquier agente patógeno que ponga en peligro un hipotético aliento de algún tipo de vida en el satélite. «Desintegramos Galileo para estar seguros de que no vamos a contaminar esta fuente potencial de vida», dijo Collen Harman, directora de Exploración Espacial de la NASA. Pero hasta minutos antes de su suicidio anunciado, Galileo seguirá proporcionando información e imágenes sobre Júpiter. Lleva transmitidas 14.000 fotos. «Después de ser nuestros ojos y oídos alrededor de Júpiter, mantenemos los dedos cruzados para que, en su hora final, aún pueda darnos nueva información sobre Júpiter», explicó Claudia Alexander, la responsable del proyecto.