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Una niña con dos cabezas muere tras la operación para eliminar una de ellas

La Voz AGENCIAS | SANTO DOMINGO

SOCIEDAD

Una hemorragia masiva después de la intervención le causó un paro cardíaco Es el único caso en el mundo de este tipo que ha llegado a operarse

07 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Rebeca Martínez, una niña dominicana nacida con dos cabezas el pasado 10 de diciembre, murió ayer de un paro cardiorrespiratorio debido a una pérdida masiva de sangre después de ser operada para extirparle la cabeza parásito en un hospital de Santo Domingo. El equipo de 18 médicos había salido de quirófano satisfecho del desarrollo de la operación, que se prolongó durante 10 horas. Sin embargo, la masiva pérdida de sangre durante todo el proceso y diversos problemas en la coagulación agravaron su estado hasta provocarle la muerte. «En esos casos es casi imposible hacer algo útil. Es la peor complicación que se puede presentar», explicó Benjamín Rivera, uno de los neurocirujanos del equipo. «Durante toda la operación había mantenido las constantes vitales estables -añadió- todo había ido muy bien». Cortar arterias y venas Con esta operación los médicos trataban de amputar la cabeza parásito que la niña tenía adosada a la parte superior de su cráneo. La parte parasitaria se trataba de una segunda cabeza con falta de desarrollo tanto en sus órganos -tenía ojos atrofiados, orejas y boca que hacía movimiento de chupar y salivaba- como en el cerebro que no llegó a ser funcional, según los médicos. La intervención de Rebeca presentaba serias complicaciones ya que la cabeza y su extensión compartían riego sanguíneo y para separarlas tuvieron que cortar las venas y las arterias comunes, por lo que hubo una gran pérdida de sangre. Daños neuronales Pese a su corta edad, los neurocirujanos señalaron que éste era el «momento adecuado» para llevar a cabo la operación, debido a que el cerebro de la cabeza parásito hacía presión sobre el otro y podría dejar secuelas neurológicas a la niña. Sobre los riesgos de la delicada operación de Rebeca, el médico argentino Jorge Lazareff, que separó a dos siamesas guatemaltecas en agosto de 2002, declaró que preferían no hablar de las posibilidades de fracaso. Lazareff explicó que se trataba de un caso totalmente diferente al de las gemelas de Guatemala, porque Rebeca era un solo ser humano. Los padres de la niña han recibido con desolación la noticia, aunque conocían los riesgos y las grave situación que habría vivido de no operarse. Aunque en una exploración rutinaria durante el embarazo se había detectado una malformación, aseguran que llegaron a saber que se trataba de una cabeza completa. La anomalía de la niña se conoce científicamente como craniopagus parasiticus o cráneo parásito y es uno de los pocos casos documentados en el mundo. Este es, en la actualidad el único caso que ha sido filmado en vida y el primero que se ha tratado de operar. Sólo se han descrito seis casos en el mundo como el de Rebeca, y el primero fue el de un niño nacido en Bengala (India), en 1780, que trabajó en un circo, y murió a los cuatro años al ser mordido por una cobra, según contó.