El mundo del toreo y de la crónica rosa despiden a Carmina Ordóñez

La Voz LA VOZ | REDACCIÓN

SOCIEDAD

ÁNGEL DÍAZ

A la espera de la autopsia, el hijo menor de la fallecida anunció que murió de un infarto El deseo de la fallecida era que sus cenizas fuesen llevadas al Rocío y a Marraquech

24 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Vivió entre toreros y flashes, y rodeada de matadores y de cámaras fue despedida. Los restos mortales de Carmina Ordóñez fueron incinerados ayer en el cementerio de La Paz, en Madrid, en presencia de su familia y de una nutrida representación de los dos mundos que marcaron su vida, el toreo y la crónica rosa. Antes le fue practicada al cadáver una autopsia cuyos resultados no han trascendido, aunque el hijo menor de la fallecida, Julián Contreras, comentó que la muerte le llegó al sufrir un infarto. Desde primeras horas de la mañana, los tres hijos de Carmina Ordóñez -el torero Francisco Rivera, Cayetano Rivera y Julián Contreras- velaron los restos de su madre en el Instituto Anatómico Forense, donde los médicos analizaron las causas de su muerte y el alcance, mortal o no, del golpe que presentaba en el cráneo cuando fue hallada sin vida en la bañera en su domicilio madrileño. El Instituto Nacional de Toxicología analizará la próxima semana la composición de las pastillas que la policía recogió en el cuarto de baño donde fue encontrado el cadáver, así como la sustancia que, en un primer examen, los agentes identificaron como cocaína. Una vez concluidos los trámites de la necropsia, la comitiva escoltó al furgón fúnebre hasta el tanatorio de La Paz, donde se estableció una capilla ardiente que concluyó a hora taurina. Después de un breve oficio religioso de carácter íntimo para familiares y amigos, Carmina Ordóñez fue incinerada. Sus cenizas podrían ser esparcidas en los dos lugares que más amó en su vida, la aldea del Rocío y en Marrakech, que consideraba su segundo hogar después de haber vivido allí largos años. Personajes Rodeados por un enjambre de cámaras, fotógrafos y reporteros, fueron llegando a goteo conocidas figuras del toreo y el espectáculo como los diestros Espartaco, Canales Rivera, Pepín Liria, José Ortega Cano y su esposa, Rocío Jurado; otro torero, Curro Vázquez, acudió con su esposa Pati Dominguín, prima de Carmina. También se acercaron hasta el tanatorio Miguel Bosé y su hermana Paola Dominguín, primos asimismo de la finada. Su única hermana, Belén Ordóñez, destrozada, fue constantemente confortada por familiares y amigos.