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Hallan en Italia los cadáveres congelados de tres soldados de la Primera Guerra Mundial

La Voz LA VOZ | REDACCIÓN

SOCIEDAD

MAURIZIO VICENZI

24 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Los cuerpos de tres soldados austríacos de la Primera Guerra Mundial han sido hallados en un glaciar situado a más de 3.500 metros de altura, en el monte de San Matteo, en el norte de Italia. Los cadáveres se encontraban en un sorprendente buen estado, ya que el glaciar los congeló. Un montañero, Maurizio Vicenzi, descubrió los cuerpos el pasado viernes, pero no fue hasta esta semana que una expedición pudo rescatarlos. Vicenzi vio con sus prismáticos una mancha en el glaciar y se acercó a investigar. «Cuando me acerqué, descubrí los cuerpos de los soldados congelados en el glaciar. Nunca me había ocurrido algo así. No se encontraban cuerpos en el hielo desde hace décadas», declaró. Vicenzi también trabaja para los equipos de rescate de montaña y ha creado un pequeño museo en la población cercana de Peio. Con sus guerreras Los tres soldados vestían todavía las casacas características de su país durante la Gran Guerra. También llevaban cinturones de cuero, una máscara antigás y una gorra con una estrella. Se cree que los combatientes pudieron haber muerto en un ataque con granadas. La zona en la que fueron encontrados se convirtió en 1918, en las postrimerías de la contienda, en un duro campo de batalla. Italianos y austríacos libraron una sangrienta lucha por conquistar el monte y se estableció una línea de frente a más de 3.500 metros. Finalmente, Austria se alzó con la victoria pero perdió a once de sus hombres. Se cree que los soldados pudieron haber fallecido el 3 de septiembre de 1918. El armisticio se firmó poco después, el 11 de noviembre. Durante los años veinte era frecuente encontrar cuerpos y material bélico en las montañas, pero, desde entonces, no se habían vuelto a hallar. Los cuerpos fueron trasladados provisionalmente al cementerio de Peio, donde fueron honrados en una ceremonia fúnebre presidida por dos banderas, la de Italia y la de Austria. «Este es un descubrimiento importante desde un punto de vista histórico, y muy valioso para las comunidades que viven a ambos lados de la frontera», expresó Vicenzi, haciendo referencia al hecho de que Peio, en territorio italiano, está a unos pocos kilómetros de Austria.