Seguro que hay más de uno y más de dos relamiéndose con la noticia: los príncipes Joaquín y Alexandra de Dinamarca se divorcian. Y no es un rumor, sino una nota oficial de la Casa Real danesa. La pareja había contraído matrimonio en 1995. Joaquín es el hijo menor de la reina Margarita y segundo en la línea de sucesión al trono. Alexandra nació en Hong-Kong, tiene nacionalidad británica y la misma sangre azul que yo. Parece ser que el príncipe se quedará a vivir en su palacio y que ella se marchará con los dos hijos de la pareja, Nikolai y Félix, a una zona del palacio real de Copenhague. En la nota difundida por la Casa Real, se explica que la custodia de los hijos será común. Así que ya ven, otra prueba más de que el desamor alcanza a todo el mundo y que los divorcios reales son precisamente eso, reales, verídicos. La segunda foto del día es para un grupo de artistas de cine, digamos subido de tono, que convocaron una sesión fotográfica en un parque de Manila, obviamente ligeritas de ropa. Pero no pudo ser. Al menos no del todo. Porque en medio de la performance , apareció la policía a desmantelar el tinglado. ¿La razón? En Manila no se puede andar tan fresco por la calle ni montar escándalo público. Ya saben que en Barcelona sí, y que al Ayuntamiento incluso no le parece mal que la gente muestre su desnudez con naturalidad. Pero en Manila tienen otros códigos, así que los policías tuvieron que pasar por el trance de disolver a las actrices que, como se ve, contraatacaron con tiernas carantoñas a los agentes de orden, para más chanza por parte de los fotógrafos. Y para que no todo sean divorcios y malos rollos, las revistas de corazón recogen con profuso material fotográfico la boda de Anne Igartiburu con el bailarín Igor Yebra en la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, en Bermeo. No sé si alguna vez han visitado esa ermita. Yo sí. Y me acuerdo perfectamente del chorro de escalones que tuve que subir y bajar para acercarme, eso sí, a un lugar precioso. Ahora bien, me imagino toda vestida y entaconada para ir de boda y someterme a los 231 escalones y sudo. Que seguro que fue lo que ocurrió con las invitadas. Pero bueno, una boda es una boda. Y, mientras tanto, ¡Hola! sigue a lo suyo. Su portada es una macroencuesta para elegir a las princesas más atractivas, más deportistas, más simpáticas, etcétera, etcétera. Después de cuarenta mil votos, Letizia Ortiz no gana en ninguna de las categorías. En todas es tercera. La más de lo más es Máxima de Holanda.