Ernesto de Hannover intenta sobrevivir en Mónaco a una pancreatitis aguda

Esperanza Suárez CORRESPONSAL | PARÍS

SOCIEDAD

PASCAL GUYOT | AFP

Mientras el cadáver de su suegro, Rainiero III, es embalsamado en el palacio Grimaldi El príncipe alemán vive una situación «extremadamente grave» pero todavía no «irreversible».

08 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Mónaco sólo piensa en la mayor de sus princesas. Ernesto de Hannover, marido de Carolina, se encuentra en un estado definido oficialmente como «serio» en la unidad de reanimación del hospital Princesa Gracia. Ingresado el lunes con una pancreatitis aguda, su pronóstico se complicó ayer y un comunicado de Palacio tuvo que desmentir incluso que hubiera entrado en coma. Necesita atención médica permanente y constante observación. Su enfermedad provoca dolores abdominales y dorsales extremadamente violentos, sobre todo si se llega a producir una necrosis hemorrágica. Pero no es irreversible y en ello insisten los médicos. Su causa más frecuente es el alcoholismo. No es la primera vez que los excesos llevan al hospital a Ernesto de Hannover. Horas después de orinar en el pabellón turco de la Exposición Universal de 2000 en la ciudad alemana de su linaje, tuvo que ser hospitalizado. El malestar le llegó después de un banquete en el castillo de Celle. Entonces no se dieron explicaciones. Su última aparición pública se produjo en la procesión de Viernes Santo, ya que no asistió a la misa celebrada el martes por Juan Pablo II. «Estupefactos» «Estamos estupefactos. Es una nueva adversidad para la familia», decía muy afectado el arzobispo de Mónaco. Monseñor Bernard Barsi se encontró prácticamente sin público ante la pantalla gigante que seguía los funerales vaticanos desde la catedral. La atención del Principado volvía a estar pendiente de una unidad de reanimación, sólo dos días después de la muerte de su soberano. El cadáver de Rainiero III continúa en sus habitaciones, donde está siendo embalsamado. No saldrá de allí hasta que mañana lo trasladen a la capilla del palacio para que sólo los monegascos puedan rendirle su último homenaje. Los preparativos para el funeral del próximo viernes continúan. No acudirá la reina Isabel de Inglaterra, que ha delegado en el príncipe Andrés.