El Nobel de Física premia avances en el conocimiento y aplicación de la luz

S. G. / Jorge Mira CARBALLO

SOCIEDAD

Dos estadounidenses y un alemán se reparten el galardón por sus trabajos sobre óptica Reconoce las bases de la óptica cuántica y la mejora en la capacidad de medir las frecuencias

04 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

La luz ha recibido el brillo del Premio Nobel de Física de este año. Los trabajos teóricos que permiten comprender su funcionamiento y manejo para, por ejemplo, producir un rayo láser, y aquellos más prácticos que aprovechan sus cualidades para medir frecuencias con extraordinaria precisión, han sido los recompensados por la Academia sueca. Roy G. Glauber es el teórico. Profesor en Harvard, de 80 años, hace 42 estableció las bases de la llamada óptica cuántica. Ya mucho antes, hace justamente ahora un siglo, Einstein había apuntado hacia la naturaleza dual de la luz: además de una onda, también es una partícula, lo que exige un tratamiento dentro de la mecánica cuántica, que proporciona Glauber. Describe la coherencia del estado de la luz. Un ejemplo: si varias personas empujan caóticamente un armario, cada uno por su lado y a su aire, no pasaría nada. Pero si se ponen de acuerdo, al unísono y con la misma cadencia, se mueve. Aplicado a la luz, lo primero sería la luz normal , lo segundo un láser. Glauber teorizó sobre poner de acuerdo, a ser coherentes , a los componentes (partículas) de la luz, para manejarlos. Los otros dos premiados son el también estadounidense John L. Hall, de 71 años y catedrático de la Universidad de Colorado, y el alemán Theodor W. Haensch, de 63, profesor en Múnich y director del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica. A ambos se le reconocen sus mejoras en la determinación de la frecuencia de una emisión -cuántas veces se produce algo en un periodo de tiempo-, con la puesta a punto de la llamada espectroscopía de precisión basada en láseres. La espectroscopía determina la frecuencia de una emisión electromagnética, ve su color. ¿Y quién emite esa frecuencia? Los átomos o moléculas, que al vibrar, tienen su color, su frecuencia. Hall y Haensch midieron este color mejor que nadie. Puesto en números: hasta con quince dígitos. Empezó el alemán midiendo el hidrógeno atómico y siguió el americano con mejoras técnicas. Esto permite, por ejemplo, medir mejor la velocidad de la luz, o en caso de usar un GPS -sistema de posicionamiento por satélite-afinar hasta el límite. Aunque hay otros campos tal vez más relevantes: detectar asimetrías entre materia y antimateria, mejoras en la navegación espacial o en la orientación de los telescopios. Todo esto ha merecido un Nobel, y coloca a la óptica en ese altar importante que, en las bromas entre físicos, se discute mucho: «Hágase la luz», dijo el Creador, recuerdan. Y ellos la miden cada vez mejor.