Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Prohibido fumar en el balcón

Kiko Novoa ESTOCOLMO | CORRESPONSAL

SOCIEDAD

Finlandia estudia sancionar a quienes consuman tabaco en los balcones, dado el peligro que provoca la caída de ceniza o el lanzamiento de colillas a los viandantes.

13 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

El tópico que muestra a los países escandinavos como el paradigma de aire libre de tabaco se derrumba al ver a los trabajadores instalados en grupos por las calles de cualquier ciudad nórdica retando el intenso frío que inunda el ambiente. Como en España, las administraciones aumentan el cerco a los fumadores. Y como en España, los fumadores parecen amoldarse a la situación. El balcón es una de las fórmulas que los finlandeses, como sus vecinos escandinavos, idean para jugar con el humo en la boca. Así se evita cubrir el cuerpo de abrigos, disponer pacientemente del ascensor y aguantar la charla de otro fumador que también necesita darle al vicio en medio de la calle. Sin embargo, las autoridades sanitarias finlandesas advierten que fumar en el balcón provocará multas si prospera la norma que ya han planteado los inspectores del departamento de Sanidad y que tendrá que ser aceptada por el ministro Liisa Hyssälä. La ley deberá marcar la frontera que existe entre el reglamento ya vigente para disminuir el consumo de tabaco y el derecho a la intimidad de los ciudadanos. La propuesta recoge el peligro que supone para los viandantes el lanzamiento de una colilla o restos de ceniza arrojados desde el balcón. Finlandia fue uno de los primeros países en abordar la restricción del tabaco. Las medidas legislativas se iniciaron en los setenta, cuando el Gobierno decidió abordar el alarmante aumento de fumadores en el país y prohibió la publicidad de los cigarrillos, promovió la iniciativa de que los paquetes deberían incluir mensajes de alerta sobre los riesgos de fumar e incluso se destinó a la prevención parte de los fondos recaudados en los impuestos del tabaco. Esa iniciativa pionera ofreció unos buenos resultados. Entre 1960 y el 2000, el número de hombres fumadores descendió del 60% al 30%. Las mujeres mantienen los mismos índices, el 20%.