Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

La anorexia sigue de moda

La Voz

SOCIEDAD

21 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Parece que no hay solución. Las anorexia sigue en pie en las revistas, y en las pasarelas cada vez es más difícil encontrar una mujer sana. A tanto ha llegado la cosa que Telecinco emitió ayer un reportaje en el que se demostraba que algunas modelos usaban las tallas 34 y 36, prohibidas para los desfiles. Oficialmente, los máximos responsables de la Pasarela Cibeles han rehusado hacer comentarios sobre la noticia, aunque mantienen que en el salón no se ve la talla 36. En el reportaje, Telecinco habló con la modelo Arantxa Santamaría, quien señaló: «En época de desfiles tenemos que estar más delgadas, nos exigen estar extremadamente delgadas». En el mismo documento, otras modelos confiesan que las están obligando a utilizar las tallas 34 y 36, mínimas para jóvenes que superan 1,80 centímetros y no pesan más de 52 kilos. «La Pasarela Cibeles tiene mucho cuidado con el casting de las modelos y, al menos en mi desfile, todas las modelos usan la talla 38», dijo el diseñador Roberto Torreta. Y añadió: «Nunca he visto nada alarmante en el casting de la pasarela. Las chicas son delgadas, pero nunca he visto nada que bordee el peligro, y conmigo desfilan 18 modelos», asegura. Por mí, Torreta puede decir que el sol sale por A Coruña, que me da igual. No sé ustedes, pero yo tengo claro que las chicas que desfilan en Cibeles, Milán, París o donde sea están enfermas, y a las fotos, dos escogidas al azar de las muchas realizadas por mi compañero Benito Ordóñez esta semana, me remito. Por si eso fuera poco, y si tal vez alguien sigue dudando de las exigencias a las que someten a estas mujeres, fíjense en las imágenes inferiores. Fueron tomadas en la noche del lunes en Londres, en la entrega de los premios Elle . Erin O'Connor, la delgadísima modelo vestida a lo oriental, se llevó el galardón a la maniquí del año. ¿Quién se atreve a decirme que esta mujer usa una talla 38? ¿Cómo nos pueden tomar por tontas para asegurarnos que esto no nos influye a la hora de comer o de no hacerlo? El caso más espectacular está en la otra fotografía, la de la guapísima Elle Macpherson. Ya sabrán la historia porque aquí la he contado muchas veces por lo triste que me parece. Elle, una de las más bellas señoras del planeta, apodada el Cuerpo y no por ser de la Guardia Civil, entró en una horrible depresión posparto al nacer su segundo hijo porque no podía recuperar la figura y decidió que en vez de filetes lo mejor era meterse unos lingotazos para matar el hambre. Acabó en una clínica de desintoxicación y seguramente nunca se ha recuperado de las exigencias de su altísimo entorno social, porque miren su apariencia de ayer. Si tienen ocasión, miren con detenimiento su cara la próxima vez que la vean en una revista. Es una calavera con piel. No se crean que esto de la delgadez como sinónimo de elegancia es algo nuevo. De hecho, la emperatriz más cinematográfica del mundo, Sisí , era una anoréxica de libro, de las de la línea dura. Hoy por hoy eso está tan asumido como algunos de sus otros problemillas. De hecho, el museo de Viena que lleva su nombre ha comprado un lote de 240 objetos de Elisabeth de Austria (1837-1898), entre ellos su jeringuilla para cocaína. Ésta formaba parte de un botiquín de viaje, puesto que esta sustancia era habitualmente utilizada en el siglo XIX como sedante y antidepresivo, y obviamente Sisí tenía unas depresiones espectaculares fruto de la inseguridad en que vivía. Cuentan que la preocupación por su aspecto era tal que se cepillaba el pelo todas las noches cientos de veces y que la preocupación por el físico la llevó a separarse de los suyos.