Ratzinger impone el capelo cardenalicio a Antonio Cañizares

María Signo CORRESPONSAL |ROMA

SOCIEDAD

24 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Con la solemnidad que le caracteriza, se celebró ayer en el Vaticano el primer consistorio del pontificado de Benedicto XVI. El Papa entregó el capelo cardenalicio a quince nuevos purpurados, entre los que se encuentra el arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Antonio Cañizares. La plaza de San Pedro acogió a casi 20.000 fieles, entre ellos una nutrida representación española de casi 500 personas, además de la representación oficial encabezada por el ministro de Defensa, José Bono y en la que participaban también los presidentes de la Comunidad Valenciana y de Castilla-La Mancha, y el embajador Jorge Dezcállar, en el que será su último acto oficial. Durante la homilía Benedicto XVI pidió a los cardenales un esfuerzo común para conseguir la unidad de los cristianos además de «una especial dedicación» a los pequeños y a lo más pobres para que la Iglesia sea «anuncio de civilización del amor». «Cuento con vosotros» fue la frase más repetida por el Pontífice para pedir a los cardenales que le ayuden en su misión en la cátedra de San Pedro. De nuevo volvió a calificar al colegio cardenalicio como «una especie de Senado» llamado a cooperar de manera estrecha con el Papa. Dirigiéndose a los nuevos cardenales, Benedicto XVI les exhortó a que el color púrpura de sus nuevos hábitos «sea siempre expresión de la Caritas Christi» y les recordó que este color evoca la sangre de los mártires y que deben estar dispuestos incluso a pagar con la sangre el compromiso de dar testimonio de Jesucristo. Tras la homilía, el Papa procedió a la ceremonia de imposición del capelo rojo, tras lo que les entregó la Bula de Creación de Cardenales y les asignó un título o diaconía de una iglesia de Roma. A monseñor Cañizares, que fue uno de los primeros en ser llamados, le correspondió el título de San Pancracio. Además, el Papa dio a cada uno de los nuevos cardenales un abrazo de paz e intercambió unas breves palabras con ellos. La ceremonia había comenzado con la intervención del arzobispo americano Joseph Levada, quien en nombre de los nuevos purpurados agradeció a Benedicto XVI el nombramiento. Hoy, en el transcurso de una Misa solemne, el Papa les entregará el anillo, el otro signo del cardenalato.