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La Iglesia admite que su principal problema es la secularización interna

Rafael Herrero MADRID

SOCIEDAD

La Conferencia Episcopal hará un estudio nacional sobre la asistencia a misa los domingos El nuevo Plan Pastoral hace hincapié en la «débil transmisión de la fe a los jóvenes»

28 abr 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Ocurre en muchas altas instituciones y hasta en las mejores familias. El principal problema al que se enfrenta la Iglesia española no procede de fuera: está dentro y no es otro que la secularización interna. La autocrítica procede de los propios obispos, quienes admiten en el Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal para el quinquenio 2006-2010, presentado ayer, que se trata de una «dificultad» que siguen sin resolver. El severo diagnóstico no es novedoso, toda vez que ya figuraba en el Plan Pastoral del 2000, «cuyas líneas generales siguen siendo válidas», según sentenció el secretario general y portavoz del Episcopado, Juan Antonio Martínez Camino. Un documento «puramente eclesial» donde, según resumió el portavoz de los obispos, se recoge que, con independencia de una «cultura dominante más o menos hostil», lo que la Iglesia necesita es «fortalecer su raíz vital», atajar su «pérdida de identidad propia» y revitalizar su esencia divina. El Plan Pastoral admite los problemas derivados de una cultura pública «que se aleja decididamente de la fe cristiana» y camina hacia un «humanismo inmanentista» (que no cuenta con la acción de Dios), como demuestran las tendencias laicistas de la sociedad o el ocaso de instituciones como el matrimonio y la familia. Pero hace especial hincapié en las dificultades surgidas en la propia vida interna de la Iglesia, como la «débil transmisión de la fe» a los jóvenes; la «desorientación» de buen número de sacerdotes, religiosos y laicos; la disminución de vocaciones; la pobreza de la vida litúrgica y sacramental o la aparición de «nuevas formas de disenso teológico y eclesial», además de la escasa presencia pública de los católicos. Tal es el «problema de fondo» que constituye la secularización interna, que se remite a una pastoral de futuro para afrontarlo. Y para los prelados, según reza el Plan Pastoral, el centro del renacimiento de la Iglesia debe gravitar sobre la Eucaristía. «Lo más político que puede hacer la Iglesia es la celebración eucarística, haya o no cambios de regímenes o civilizaciones. Es la acción eclesial más propia y con más trascendencia para la vida de los hombres», dijo Martínez Camino. La cúpula eclesiástica han encargado la elaboración de un estudio nacional sobre la asistencia a misa y el alejamiento de la sociedad de sus postulados. «No se trata -dijo el portavoz- de competir con los estudios sociológicos recientes, sino de hacerlo muy bien y acercarnos a la realidad exacta de lo que sucede». El nuevo Plan Pastoral, respecto al anterior, introduce algunos cambios acaecidos en los últimos años que se perfilan como desafíos en la nueva etapa, como los relativos a la «transmisión y vivencia de la fe en la familia» y el de las migraciones. «La transmisión de la fe se ha quebrado en muchas instancias, entre ellas la familia», indicó Martínez Camino, quien reiteró que a la cúpula católica le preocupan los síntomas del alejamiento de la juventud.